ESPECTáCULOS
Adiós a Benny Carter, el último de una era dorada
Tocó con todos, y escribió arreglos para los grandes del jazz. Dominaba varios instrumentos, pero pasó a la historia gracias al saxo alto. Y supo navegar entre su inspiración y los trabajos comerciales.
Por Diego Fischerman
La orquesta de Fletcher Henderson fue la primera en incorporar arreglos complejos para la fila de saxos. El orquestador, que reemplazó a Don Redman en 1928, se llamaba Benny Carter y tenía 21 años. Fue también uno de los primeros músicos negros en escribir partituras orquestales para Hollywood (aunque no en firmarlas, privilegio que recién tuvo Quincy Jones en 1965 con la película El prestamista). Jones, precisamente, lo considera una de sus mayores influencias, Miles Davis lo calificaba como “la historia completa del jazz” y Ellington solía asegurar que era “el músico más talentoso y completo”. Tocaba piano y sus primeras grabaciones, a fines de la década de 1920, fueron como trompetista. Pero Benny Carter fue famoso, sobre todo por ser uno de los más grandes intérpretes de saxo alto de la historia. A diferencia del de otros, su estilo fue cambiando hasta llegar a ser uno de los más modernos del swing y, en muchos aspectos, un precursor y más tarde un cultor –a su manera– del bop. Hasta hace muy poco siguió tocando. En 1996, la Orquesta del Lincoln Center, con la dirección de Wynton Marsalis, le dedicó una noche a su música y él fue, por supuesto, el solista. El sábado pasado, en un hospital de Los Angeles, murió a los 95 años.
Nacido en Nueva York el 8 de agosto de 1907, recibió las primeras lecciones de piano de su madre y su tío, el legendario Cuban Bennett, lo entusiasmó con la trompeta, que después le enseñó un vecino, Bubber Miley, que llegó a tocar en la orquesta de Ellington. Su primera grabación fue con la orquesta de Charlie Johnson y ese mismo año entró a trabajar con Fletcher Henderson. Una buena manera de acercarse al sonido de Carter, a su fraseo siempre fluido, a la excepcional imaginación en las subdivisiones rítmicas y a su riquísimo concepto armónico es escucharlo en algunos de esos registros, por ejemplo en “Easy Money” –junto al saxo tenor de Coleman Hawkins y el piano de Fletcher Henderson–, en alguna de las históricas grabaciones de 1952 junto al grupo de Oscar Peterson, con Barney Kesell en guitarra, Ray Brown en contrabajo y Buddy Rich en batería –”Long Ago and Far Away” es un buen comienzo– y en el reencuentro con el pianista, en 1986, con Joe Pass, Dave Young y Martin Drew –”Sweet Lorraine” y “Whispering” son obras maestras–. Los álbumes New Jazz Sounds –registros con Roy Eldridge y Dizzy Gillespie de 1952, para el sello Verve–, Further Definitions, con la big band de 1961, en la que Coleman Hawkins, Phil Woods y Charlie Rouse –el notable compañero de ruta de Thelonious Monk– completaban la fila de saxos (en Impulse) y Aspects (con big band, grabado en 1958 por Blue Note) dan un panorama esencial, junto a esos dos discos con Peterson, Cosmopolite, para Verve, y Benny Carter meets Oscar Peterson, en Pablo Records.
La carrera de Carter es en cierto sentido atípica dentro del jazz. Siempre fue reconocido y siempre tocó con los mejores. Ya en 1932 empezó con su propia orquesta, de la que formaron parte estrellas del swing como Chu Berry, Teddy Wilson, Sid Catlett y Dicky Wells. Esa banda, como todas las que formaría, fue caracterizada como un grupo “de músicos y para músicos”. Y ahí sí se pareció a otros: la orquesta no le daba de comer. Lo que vendía eran los arreglos más sencillos y en 1934 tuvo que disolver la banda. Un año después viajó a París, para tocar con la orquesta de Willie Lewis y, gracias a una sugerencia del crítico Leonard Feather, fue invitado a Inglaterra como arreglador de la Dance Orchestra de la BBC. En los tres años siguientes tocó en toda Europa y formó, en Holanda, la primera orquesta de jazz interracial. En 1938 volvió a Estados Unidos, volvió a formar una banda y, además, escribió arreglos para Benny Goodman, Count Basie, Duke Ellington, Glenn Miller, Gene Krupa y Tommy Dorsey. En 1941, Carter formó un sexteto, incluyendo a dos pioneros del be-bop: Dizzy Gillespie y Kenny Clarke. En 1942 reorganizó su big band y la llevó aCalifornia, en donde se instaló a partir de entonces. Por ese grupo pasaron músicos como Miles Davis, J. J. Johnson, Max Roach y Art Pepper, y cada uno de ellos no dudó en reconocer a Benny Carter como su maestro. En la Costa Oeste trabajó, además, para una cantidad de films para cine y televisión, empezando con Stormy Weather, de 1943. Fue el arreglador, también, de los cantantes más importantes del género: Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Lou Rawls, Ray Charles, Peggy Lee, Louis Armstrong, Pearl Bailey, Billy Eckstine y Mel Torme. Fue, sin duda, uno de los primeros grandes del jazz moderno. Fue, también, el último de su estirpe.