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En agosto de 1768, el célebre pirata James Cook emprendió un largo viaje desde las costas australianas hacia el sur del océano Pacífico, para analizar de cerca a uno de los fenómenos naturales mas infrecuentes del planeta Tierra: el paso exacto de Venus entre la Tierra y el Sol. Buscando satisfacer en una misma expedición sus intereses por la astronomía y la navegación, el capitán Cook logró finalmente su anhelo, contra las pesimistas opiniones que muchos otros exploradores de la época le auguraban, debido a las malas condiciones en las que viajaba la tripulación a bordo del “Endeavour”. La travesía, que se extendió durante varios meses, fue todo un éxito y se convirtió en una hazaña marítima de todos los tiempos. A los efectos de contar los detalles de aquel intrépido viaje, la prestigiosa cadena BBC de Londres eligió una manera que se aleja de toda ortodoxia y rompe con los moldes tradicionales del género documental histórico en la televisión. En sintonía con los nuevos tiempos, el canal londinense recrea la hazaña del capitán Cook en un formato similar al del reality show, en el que varias personas surgidas de un casting hacen las veces de tripulación. El resultado del experimento, titulado simplemente “El barco”, se puede ver en cinco episodios de una hora que la señal The History Channel programó desde esta noche hasta el viernes, a las 22.
“Cuando consideramos los muchos modos de hacer una serie histórica sobre el ‘Endeavour’ del capitán Cook, supe que no quería usar ‘El barco’ como un vacío símbolo histórico, un museo flotante, o utilizarlo como un mero lugar de filmación exótico”, le cuenta a Página/12 Chris Teril, productor, director y camarógrafo del especial. “La idea que se nos ocurrió fue la de usar ‘El barco’ como una máquina del tiempo, un vehículo de historia que podría –al menos emocionalmente– llevarnos de vuelta al siglo XVIII, tal como Cook había vivido la expedición, para medirnos contra esos asombrosos navegantes del ‘Endeavour’ original.”
La manera, entonces, que encontraron los productores de la BBC para recrear el recordado viaje de Cook y sus navegantes es propia de los actuales tiempos. En sintonía con la última moda televisiva, “El barco” fue concebida como una especie de docu-reality, en el que un grupo de personas anónimas se embarca por primera vez en una embarcación réplica del viejo “Endeavour”, luego de haber superado el casting de rigor. Guiadas por un capitán y un equipo de camarógrafos, tripulantes del siglo XXI darán vida a un viaje del siglo XVIII, siguiendo al pie de la letra el diario de la expedición escrito por Cook antes de morir. Todo bajo la atenta mirada de las cámaras que los seguirán a pie y sombra, en un formato que revoluciona el concepto de documental histórico.
Claro que, además de hacer la misma hoja de ruta que hizo Cook y de seguir las mismas órdenes que éste impartió siglos atrás, los novatos marineros deberán adecuarse a las condiciones propias del viaje original. Empujados a través de velas, sin electricidad ni las comodidades propias de los modernos navíos, los navegantes vivieron una aventura tan fascinante como ardua durante las seis semanas que duró la expedición. En una especie de “vuelta a lo básico”, los novatos participantes comerán comida con las escasas especies de entonces y se higienizarán a baldazos de agua salada recogida del mar. Pequeños “detalles” que inmediatamente generarán conflictos entre los hombres modernos del siglo XXI, a los cuales –como en todo reality– no le faltarán condimentos relacionados con el sexo.
Historiadores, médicos, estudiantes, comerciantes, aventureros y jubilados de ambos sexos conforman los más de cuarenta tripulantes que viajarán desde Australia hasta Indonesia, atravesando las impetuosas aguas del océano Pacífico. Así, el especial busca combinar los hermosos paisajes típicos de un documental de este estilo con las vivencias de los pasajeros. Pese a la esencia de reality show que presenta el programa de History Channel, en “El barco” no existen teléfonos para el voto delpúblico, nominados, expulsados, premios ni votaciones que desaten alianzas y confabulaciones. Sólo el deseo de participar en una aventura naval inigualable. Y la posibilidad de ser parte de la idea de llevarle la historia grande a las nuevas generaciones.