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Si nunca antes lo vio, ésta es la oportunidad de su vida. Y si ya lo había visto alguna vez, también: en estos días, Marte está extraordinariamente cerca de la Tierra. Es más, se trata de un impresionante record astronómico digno del Libro Guinness: durante la mañana del miércoles, el planeta rojo protagonizará su mejor acercamiento en toda la historia escrita. Y mucho más atrás también. No es casual, entonces, que desde hace varias semanas nuestro vecino se haya convertido en el astro más brillante del cielo nocturno, después de la Luna. Es un verdadero farol anaranjado, imposible de ignorar. Y eso a simple vista porque, a través de un telescopio, Marte está haciendo las delicias de todos los astrónomos del mundo.
Cada dos años y dos meses, la Tierra y Marte se ubican fugazmente de un mismo lado del Sol (cada uno en su órbita, por supuesto). Y esos encuentros se llaman “oposiciones”. Si las órbitas fuesen redondas, las distancias entre un planeta y otro, durante las oposiciones, serían siempre las mismas. Y no habría acercamientos excepcionales sino rutinarios. Pero como la órbita marciana es bastante ovalada, estos acercamientos pueden ser más o menos favorables (imagine un círculo rodeado de un óvalo más grande). La cuestión es que cada 15 años se da una oposición ideal. En esos momentos, la distancia Tierra-Marte ronda los 56 millones de kilómetros. Poco, muy poco si tenemos en cuenta que, cuando el planeta vecino está ubicado del otro lado del Sol –con respecto a nosotros–, nos separan casi 400 millones de kilómetros.
De todos modos, estos encuentros notables que se dan cada 15 años (el último ocurrió en 1988) no son siempre exactamente iguales sino que hay sutiles diferencias. Las mismas sutiles diferencias que le dan al episodio actual un carácter de histórico.
El miércoles, Marte
Y el momento histórico será la mañana de este miércoles. Según los cálculos aportados por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, a las 9.51 de ese día (6.51 hora argentina), Marte estará a 55.758.006 kilómetros de nuestro planeta. ¿Mucho? ¿Poco? Según cómo se lo mire. Son 150 veces la distancia a la Luna, pero también es prácticamente la mínima distancia posible entre la Tierra y el planeta rojo. Y aquí vienen los datos más jugosos: un estudio publicado en la prestigiosa revista Sky & Telescope indica que la última vez que Marte estuvo tan cerca fue en el año 57.617 antes de Cristo. Y que para otro encuentro tan cercano (en realidad, ligerísimamente mejor) habrá que esperar hasta el 2287. Conclusión: para echarle un inolvidable vistazo a Marte, es ahora o nunca.
Un planeta a simple vista
Al igual que Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno, Marte casi siempre es observable a simple vista (sólo hay que saber identificarlo). Pero esta vez, claro, su aspecto es absolutamente inusual: se lo ve más grande y brillante que nunca. Encontrarlo en el cielo es realmente muy fácil: sólo hay que mirar hacia el Este, hacia las 9 o las 10 de la noche. Allí, a mediana altura sobre el horizonte, el planeta rojo está brillando como si se tratara de la lámpara de alguna antena cercana. Con el correr de las horas va ganando altura, hasta ubicarse en la parte más alta del firmamento luego de la medianoche. Y ése es precisamente el mejor momento para observarlo.
A través de los telescopios, Marte es la viva imagen de otro mundo, con todo lo que eso implica: un brillante casquete polar sur, oscuras marcas amarronadas en su superficie, nubes, un limbo casi celeste y, con un poco de suerte, hasta sus dos diminutas lunas (Fobos y Deimos), que aparecen como dos tímidos puntitos de luz. No hay más que navegar un poco porInternet para encontrarse con cataratas de flamantes fotografías, dibujos y eufóricos reportes provenientes de observadores profesionales y aficionados de todo el mundo. Y la euforia se entiende.
Luego del momento de máximo acercamiento (el miércoles, poco antes del amanecer), Marte comenzará a alejarse, aunque seguirá viéndose muy bien durante varias semanas más. Finalmente, con el amanecer del próximo año, su histórica cita con la Tierra ya sólo será un recuerdo. Feliz, y rojizo.