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”Hay relatos que nos traen el recuerdo de una experiencia. Están los que nos hablan de antiguos episodios, y otros que nos descubren mundos ignorados. Los temas no se agotan: se despliegan, se ocultan, se desvanecen, renacen... Las tramas de esos relatos construyen nuestra identidad y sostienen nuestra memoria.” Con estas sabias y sencillas palabras, el escritor Eduardo Galeano da comienzo al programa “El narrador”, que Canal (á) emitirá hoy a las 18.30. Combinando teatro, literatura y televisión, el ciclo es un espacio libre en el que artistas de diversa índole narran cuentos, relatos o pasajes de libros frente a cámara. En el envío de hoy, las palabras de Galeano se combinan con las del narrador Héctor Díaz y las de las actrices Marcela Ferradás y María Socas, quienes con matices diversos se proponen recrear el antiguo rito de reunir al pueblo a escuchar historias. Aunque en este caso –fiel a las costumbres de la era moderna– mediadas por los rayos catódicos.
“El narrador” tiene una estructura muy sencilla: cada semana, actores y narradores de ambos sexos le ponen su voz e interpretación a no más de cinco relatos –ficcionales o no– que giran alrededor de un eje temático. “La memoria” será el tema por el que circularán los textos del episodio de hoy. Los televidentes podrán disfrutar por primera vez en televisión a Galeano interpretando pasajes de su libro Las palabras andantes, en el que la notable prosa del uruguayo reflexiona sobre la volatibilidad de las palabras y la necesidad de mantener la memoria colectiva de los pueblos. Un material filmado hace algunos meses en Buenos Aires que bien vale la pena grabar, para que inmediatamente pase a ocupar un espacio en la videoteca de colección de los televidentes.
“En general invitamos a participar del programa a narradores orales y actores”, le explica a Página/12 Alejandro Frascara, ideólogo, productor y director del ciclo. “En este caso, Galeano rompió la regla porque queríamos introducir sus relatos a toda costa, que son de una calidad invalorable. Generalmente, entre relato y relato hay alguna cita gráfica que los articula. Pero como eran muy largas se nos ocurrió hacerlas orales, y ahí surgió la idea de que sea el propio Galeano quien las narrara. Pensamos que se iba a negar, pero por suerte aceptó encantado la propuesta. El de Galeano es el único caso en que un escritor lee su propio cuento”, aclara.
Las palabras de Galeano se entrelazan y confunden con las otras historias que se cuentan durante el programa. Ambientadas en Uribelarrea, un pueblo cercano a la ciudad bonaerense de Chascomús, los relatos de Díaz (El arte, de Pilar Gómez Esteban, y La canción, de Luis Britto García), Ferradás (De cómo el viejo Timofei murió caminando, de Rainer Maria Rilke) y Socas (Tiempo libre, de Juan Carlos Muñiz) parecen conformar un gran texto sobre la memoria, cuyo andar transcurre en el sosegado paisaje que transmite la fachada de un antiguo bar, la plaza central y la abandonada estación de tren del pueblo, ubicado a poco más de cien kilómetros del ruido de la Capital Federal.
“El criterio de rotar narradores en cada envío –señala Frascara– no tiene otro fin que enriquecer la puesta en escena de las historias y otorgarles a esas historias el protagonismo del ciclo. La idea no es hacer un programa de escritores sino de historias que se confundan entre sí. Queremos que los televidentes no distingan historias reales y de ficción, que se sumerjan en el maravilloso mundo de cada relato. En el ciclo, todas las historias están en un mismo plano, tienen el mismo valor.” En los próximos programas, “El narrador” (que estrena episodio cada miércoles, a las 20.30) tocará temas tan diversos como interesantes: “La responsabilidad”, “La verdad... ¿qué verdad?”, “La postergación”, “Crear, vivir, tal vez soñar”, “La inocencia perdida”, “El destino”, “La comunicación”, “Los deseos”, “Ganarse la vida”, “La obra maestra”, El compromiso político” y “La identidad”, entre otras temáticas que llegarán a los oídos y la imaginación de los televidentes.