ESPECTáCULOS › “NOWHERE”, DE LUIS SEPULVEDA
Canuto Cañete en Chile
Por Martín Pérez
A los gritos. Así es como comienza esta tragicomedia de aliento metafórico y pretensiones épicas escrita y dirigida por el novelista chileno Luis Sepúlveda, que intenta aquí sus primeros palotes en el cine. Los gritos son los que vocifera un militar interpretado por Martín Seefeld, líder de un comando encargado de secuestrar y transportar violentamente a un heterogéneo grupo de “civiles” –así es como los denomina, como si fuese un insulto– que resisten cada uno a su manera frente a un gobierno militar comandado por un fugaz personaje muy parecido a Pinochet. El grupo secuestrado terminará alojado –junto a sus guardianes– en una vieja estación desértica llamada Ninguna parte. Un lugar donde “confraternizarán” con sus captores y del que buscarán escapar.
Con un elenco internacional y latino, Nowhere es un film que en primera instancia recuerda aquellos que supieron poblar el viejo cine argentino de fines de la dictadura. Aquellos en los que cada metáfora y cada discurso que se pasaba de lo permitido era celebrado como una de las pocas rebeliones posibles. Un logro que, fuera de tiempo, aquí sólo funciona como coartada ética de un film deshilachado, tan lleno de palabras que curiosamente aparece como vacío. Y en el que el previsible devenir de sus personajes supuestamente heroicos termina convocando al patetismo. Un ridículo que se instala por primera vez en el film cuando el exagerado registro cruel de los secuestros deviene en comedia militar de cuartel. Como si de La Noche de los Lápices se pasase, sin previo aviso, a un film de Canuto Cañete.
Clásico subproducto de esos tormentos de la coproducción cinematográfica que obligan a mezclar sin ton ni son personajes de diferentes nacionalidades, en Nowhere conviven el porteñísimo Sbaraglia con el cubano Jorge Perugorría, por ejemplo. Pero esa inverosimilitud es encarnada con mucha entereza por un film que no cuestiona ni explica el origen de cada acento.