ESPECTáCULOS
El teatro de Buenos Aires despide el año sin plata
Este domingo, tres de las cinco salas del Complejo Teatral serán escenario de funciones de cine, teatro, música y danza con entrada gratuita. Una oportunidad ideal para ver varios títulos que bajan de cartel.
Por Hilda Cabrera
En su tradicional festejo artístico de fin de año, el Complejo Teatral de Buenos Aires ofrecerá este domingo una jornada de cine, teatro, música y danza con acceso gratuito en tres de las cinco salas que lo integran. Esta apertura al público propuesta por la dirección del CTBA, a cargo de Kive Staiff, tiene sus reglas: las entradas, que son numeradas –salvo para las piezas teatrales La Madonnita y La forma que se despliega–, serán entregadas a razón de dos por persona, desde dos horas antes del comienzo de cada función, en la boletería de la sala que corresponda al espectáculo elegido. Se aclara que el recital de jazz tendrá lugar en el Hall Central Carlos Morel del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) y que para ello no se necesitará ticket de entrada. También se informó que para la función de las 21 de la obra musical Fiebre, el público deberá abonar su localidad: sólo es gratuito el acceso al horario de las 18. Esto se debe a que Fiebre no es producción del CTBA, sino de una compañía ajena a la institución (Compañía Internacional de Teatro Musical).
Las actividades se iniciarán a las 14.30, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, con la proyección de Avivato, película de 1949 con guión y dirección del prolífico Enrique Cahen Salaberry (1911-1991). En ese mismo espacio se verá Don Fulgencio (El hombre que no tuvo infancia), de 1950, otro film inspirado en los personajes del dibujante Lino Palacio, también dirigido por Salaberry (a las 17). Integran el elenco de esta película figuras que gozaron de gran popularidad en su época, como Enrique Serrano, Malvina Pastorino, Analía Gadé y Tono Andreu, entre muchas más. Otras dos propuestas de la Lugones son Piantadino (1950), del realizador Francisco Mugica (a las 19.30), y Pocholo, Pichuca y yo (1951), dirigida por Fernando Bolin, que se proyectará a las 22. A esa misma hora se inicia en el Hall Carlos Morel –lugar destinado habitualmente a la presentación de orquestas y agrupaciones musicales– una sesión de jazz con participación de Juan Carlos Cirigliano (piano), Juan Pablo Navarro (bajo), Adolfo Cirigliano (batería) y Enrique Varela (saxo).
Dentro del área teatral, se ofrecerá una nueva función de El Gran Circo, espectáculo con actores y marionetas creado por el fallecido Ariel Bufano e interpretado por el Grupo de Titiriteros del TSM que dirige Adelaida Mangani (a las 16). Se podrán apreciar además tres interesantes piezas para adultos. Una es La Madonnita, obra que, entre otros temas, plantea la compleja relación entre el varón y la mujer, partiendo de la historia de Filomena, una silenciosa mujer prostituida desde niña que es utilizada como modelo por su concubino Hertz, de profesión fotógrafo, en postales pornográficas que seducen a solitarios e inmigrantes pobres de la Argentina de comienzos del siglo pasado. La obra pertenece a Mauricio Kartun, quien también la dirige, y actúan Roberto Castro, Verónica Piaggio y Manuel Vicente. Otra pieza enriquecedora es La forma que se despliega, de Daniel Veronese, uno de los fundadores del celebrado grupo El Periférico de Objetos. El autor se multiplica aquí, tomando también a su cargo la musicalización, el diseño de la escenografía y la dirección. Esta es otra apuesta del Ciclo Biodrama que impulsa la directora Vivi Tellas, en el Teatro Sarmiento (contiguo al Zoo). En este caso, la dramaturgia pertenece a Luis Cano e interpretan la obra Stella Galazzi, Ernesto Claudio y Guillermo Arengo.
Platonov, de Anton Chejov, en versión y dirección de Hugo Urquijo (sobre una adaptación del británico David Hare), es otra propuesta de buen nivel. Se aclara que éstas son funciones de despedida, carácter que comparten los dos programas de ballet que se verán en la misma jornada: Alina, obra para una intérprete sobre música de Arvo Pärt, y Carmina Burana, versión coreográfica de Mauricio Wainrot (director del Ballet Contemporáneo del TSM) sobre el famoso oratorio de Carl Orff, creado entre 1935 y 1936, y en el que la poesía profana del siglo XIII se inserta en una estructura musical vibrante y repetitiva, expresando de esta manera, con vigor rítmico, las relaciones eróticas superadoras de miedos y tabúes.