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El ex gobernador de Santa Cruz Héctor Icazuriaga juró ayer como nuevo jefe de la SIDE y prometió que desde el organismo “no habrá espionaje político”. En diálogo con Página/12, el flamante Señor Cinco anticipó que los espías de la secretaría continuarán interviniendo –siempre que lo requiera la Justicia– en la resolución de casos de secuestros extorsivos, como sucedió hace dos semanas cuando detuvieron a “Manolo, el chileno”, quien se cree que planeó el secuestro del chico Belluscio. En esa ocasión, el Gobierno utilizó a los agentes de la SIDE para demostrarle a la Policía Bonaerense que los casos de secuestros se podían resolver, y sin muertos.
En las especulaciones de unos meses atrás, se pensaba que el 10 de diciembre –día de inicio de su mandato de cuatro años– el presidente Néstor Kirchner refrescaría su gabinete con algunas caras nuevas, tal vez se desharía de los restos de duhaldismo que permanecen en la Rosada. No sucedió nada de eso: hubo un solo cambio y fue por razones de fuerza mayor. El jefe de la SIDE, Sergio Acevedo, resultó electo gobernador de Santa Cruz, así que el miércoles abandonó la Secretaría y se instaló al mando de la provincia del Presidente. En reemplazo llegó Icazuriaga, hasta anteayer gobernador de Santa Cruz.
Si el enroque puede parecer extraño hay que entender que Acevedo e Icazuriaga forman parte del entorno íntimo de Kirchner, y es evidente que el Presidente piensa ubicarlos siempre que necesite llenar un casillero con alguien de confianza. Nacido en Chivilcoy pero santacruceño por adopción, Icazuriaga milita desde hace más de 15 años junto a Kirchner.
El Salón Blanco de la Casa Rosada lució completo. Entre los invitados se ubicaron la senadora y primera dama, Cristina Fernández de Kirchner; el jefe del Ejército, Roberto Bendini; el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño; el interventor del Correo, Eduardo Di Cola, y el diputado Miguel Bonasso, entre otros. En el escenario aparecieron funcionarios que no siempre participan de este tipo de ceremonias, como el vicepresidente Daniel Scioli y los ministros Roberto Lavagna y Alicia Kirchner.
Aunque no se conocen las cifras exactas, se supone que durante la gestión de Acevedo en la SIDE se dio de baja a unos 300 agentes, en el marco del plan de reestructuración que dispuso Kirchner. En épocas de la Alianza, el banquero Fernando de Santibañes había rebajado la plantilla pero quienes lo sucedieron, Miguel Angel Toma y Carlos Soria, incorporaron unas 700 personas. Ayer, Icazuriaga no descartó –aunque tampoco anticipó– la posibilidad de que se produzcan nuevos despidos.
–¿Con qué ideas llega a la SIDE? –le preguntó Página/12 en un aparte luego de la jura y en medio de los saludos.
–La dirección la dio el Presidente en su discurso del 25 de mayo. Nuestra intención es conducir la secretaría con espíritu democrático y bajo sometimiento pleno a la ley y al derecho.
–¿Planea bajas masivas de agentes como las que dispuso Acevedo?
–No vengo con preconceptos ni con prejuicios. Voy a esperar a asumir esta función y tomar contacto con todas las áreas para hacerme un panorama de la situación. Igual, sé que en la Secretaría hay mucha gente capacitada para cumplir bien su trabajo.
–¿Los fondos reservados no existen más?
–Es impensable que un organismo de inteligencia no cuente con fondos reservados, son vitales para su actividad. Pero por decisión del Presidente esos fondos este año se transparentaron y quedaron incluidos en el Presupuesto. Por eso los recursos de la secretaría pasaron de 138 a 238 millones de pesos. No fue que se aumentó el presupuesto sino que se transparentó lo que antes se pagaba con fondos que no se rendían. Ahora no habrá fondos reservados sin rendición.
–Hace poco se supo que agentes de la SIDE habían participado en la detención de uno de los secuestradores de Pablo Belluscio, ¿esos operativos van a seguir?
–Sí, trabajar en la investigación criminal será uno de los objetivos de la secretaría. Pero actuaremos siempre a requerimiento judicial. Ese operativo que menciona, creo que el accionar fue exitoso.
–¿La imagen de la SIDE es recuperable?
–La historia no nos ayuda. Por muchos años, y hablamos por ejemplo de los gobiernos de facto, las actividades del servicio de inteligencia estaban fuera de la ley. Eso se está cambiando totalmente. Un ejemplo se está dando en el juicio por el atentado a la AMIA. El levantamiento del secreto en las declaraciones de los agentes sirvió para que aportaran varios datos. De esa forma, de a poco, la imagen de la SIDE va a cambiar. Lo que hace falta en la SIDE es poner en marcha un proceso de reconversión doctrinaria. Durante mucho tiempo los agentes se especializaron para hacer espionaje a políticos o a las guerrillas que combatían a los gobiernos de facto, ahora hace falta capacitarlos para investigar en la Triple Frontera, el terrorismo global y el narcotráfico. La idea es ocuparnos de todo lo que sea seguridad exterior e interior.