ESPECTáCULOS › ARIEL ROT SE PRESENTA ESTA NOCHE EN LA TRASTIENDA
“Mi lenguaje es el rock”
El músico radicado en España, ex Los Rodríguez, vuelve a Buenos Aires en carácter de solista. Trae un nuevo disco, Lo siento, Frank, muy influenciado por el pop y el rock de los años ’60.
Por Cristian Vitale
Sin decidirlo, en los ’70 emigró a España. Ante la llegada de la dictadura, sus padres optaron por instalarse en Madrid cuando él tenía 16 años y poco que definir al respecto. “Caí en el lugar ideal, en el momento ideal”, asegura hoy, pese a la amargura del desarraigo. Apenas dos años después de radicarse en la capital española era parte de Tequila, el grupo de rock más taquillero en épocas de hedonismo posfranquista. Luego tomó otros caminos: primero con dos discos como solista muy difundidos en Argentina (Debajo del puente, de 1984 y Vértigo, de 1985) y luego junto a Los Rodríguez –de él son La milonga del marinero y el capitán y Mucho mejor– y trabajos frecuentes para la banda solista de Andrés Calamaro.
“Tener un grupo siempre es divertido. El ping pong creativo torna la cosa menos hermética. Pero siendo solista tenés tu gente y evitás la convivencia diaria de cinco monos tratando de tomar decisiones hasta para ir a comer”, revela. Rot retorna al país en carácter de solista –carrera que retomó luego del desmembramiento de Los Rodríguez– con el objeto de presentar su última producción (Lo siento, Frank) y, de paso, mostrar canciones inéditas en el país, correspondientes a otras dos obras en solitario: Hablando solo (1997) y Cenizas en el aire (2000). La cita es hoy en La Trastienda, donde el guitarrista tiene planeado también tocar canciones de todas las épocas, pero bajo un formato nuevo e imprevisto, que denomina “caída libre”. “Significa llegar a Buenos Aires sin conocer a los músicos... es excitante y vertiginoso”, aventura. Lo siento, Frank es un disco de canciones sencillas, muy influenciado por el pop y el rock de los ’60 que escuchaba el joven Rot en discos de vinilo. “Con los años han aparecido nuevos géneros, pero nunca los he respetado, siempre los he llevado al terreno de mi propio lenguaje. Soy un autor clásico en este nivel”, señala.
–Una de las particularidades del disco es una versión de Eche veinte centavos en la ranura, el poema de Raúl González Tuñón que musicalizó el Tata Cedrón en los ’70. ¿Por qué la eligió?
–Hay una cosa personal. En una época, el Tata ensayaba en mi casa... estaba cercano a mis padres. Yo tenía unos 8 años y había una cosa rítmica en la canción que me encantaba. Y por otro lado una cosa misteriosa por esa letra que no llegaba a comprender del todo, pero que intuía. Es tan buena que, aunque un chico no la entienda, transmite lo que tiene que trasmitir. Con el tiempo me volví a reencontrar con ella, primero como un divertimento que luego fue avanzando casilleros hasta que llegó al disco.
Podría ser Zappa o Kafka, pero el Frank que eligió Rot para el título de su nuevo disco es Sinatra. “Decir ‘lo siento’ en España es como lamentar algo juntos... en este caso las cosas que vivimos en España hace un tiempo, relacionada con una música de consumo casi insultante y con métodos de competencia desleal, como Operación Triunfo y eso”, define.
–¿Por qué eligió a Sinatra?
–Creo que él me eligió a mí (risas). No, la verdad es que no lo sé... a lo mejor porque sonaba bien, porque en ese momento lo estaba escuchando mucho o porque se trata de un exponente de la música comercial de alta calidad.
–Pese al éxito que tuvo Debajo del puente, mucha gente lo asocia más con su paso por Los Rodríguez que con su faceta solista. ¿A qué lo atribuye?
–Mi carrera solista duró más que todos los grupos que tuve, incluso que Tequila. La explicación sería que cuando uno se queda solo, rema solo.
–¿Va a tocar Debajo del puente hoy?
–No. Me deprime y hace mucho que no la toco. Es una melodía oscura... estoy en una etapa positiva y luminosa como para cantar esos textos malditos. Nada de Veneno ya. Es cierto que gracias a ese disco conocí a Calamaro y me reconcilié con Buenos Aires, después de haber vivido un tiempo teniéndole mucha rabia al país. Pero creo que con ese disco hubo una explosión mediática sin mucho fundamento.