ESPECTáCULOS
Claves e hipótesis para entender la supervivencia del peronismo
En la mesa De un peronismo a otro: la política de tres décadas se debatió sobre la capacidad del movimiento para sobreponerse a todo.
Por Sandra Chaher
Si el peronismo es tema de debate para los especialistas en política latinoamericana de todo el mundo, cómo la mesa redonda De un peronismo a otro: la política de tres décadas no iba a llenar una de las salas más grandes de la Feria del Libro. Y más si los expositores eran reconocidos intelectuales como Juan Carlos Romero, Carlos Altamirano, Carlos Floria y Rosendo Fraga, coordinados por Mario Wainfeld.
El evento es parte de una serie de charlas que organizó la Fundación El Libro, llamadas Qué cambió en la Argentina y en el mundo después de 30 ferias. De acuerdo con lo dicho por los expositores, la conclusión podría ser que en los últimos 30 años cambiaron muchas cosas aquí y en el exterior, pero el peronismo supo sobrevivir a todo tipo de terremoto: para algunos, modificando aspectos sustanciales de su estructura; para otros no tanto. Pero acá anda la Argentina, entrado el siglo XXI, y con un presidente peronista que, como dijo Altamirano, “recuerda más a un presidente del Frepaso que del peronismo, que no mantiene nada de la iconografía peronista y, sin embargo, conserva la lealtad de las clases populares, a la vez que está logrando reconciliar al peronismo con la clase media progresista”.
Para hablar del peronismo de hoy, y de los últimos 30 años, todos se remontaron a los orígenes. Y en esa revisión hallaron etapas, permanencias y mutaciones. Los cambios serían, a grandes rasgos: el golpe del ’55 y la caída de Perón, con la consiguiente pregunta sobre la supervivencia del peronismo; las distintas facciones que surgieron después y la izquierda de los ’70; el neoliberalismo de Menem y el giro de centroizquierda que está imprimiendo Kir-chner pero que, como señaló Fraga, se está haciendo sin un cambio sustancial de legisladores, gobernadores ni miembros del gabinete, en relación con la gestión menemista. La tesis de Fraga fue la capacidad de supervivencia del peronismo fundada en una cultura política cuyo espíritu es el mantenimiento del poder. Eso, según él, expresaría al promedio de la sociedad argentina, de allí su permanencia. “Treinta años atrás, en mayo del ’74, la pregunta era si el peronismo sobreviviría a la muerte de Perón –señaló Fraga– y sobrevivió; 20 años atrás, si lo haría a su primera derrota electoral, y lo hizo; y 10 años atrás, si como movimiento popular podría perpetuarse más allá de Menem, y también pudo. Yo creo que esto pasa porque es la fuerza política que mejor expresa a la sociedad de los últimos 60 años.”
Romero también se remontó a los inicios, y a su propia juventud, para intentar explicar con humor la permanencia. “Yo me inicié en la vida política consciente hacia 1950 oyendo conversaciones acerca del próximo y seguro final del peronismo. Por eso me interesé por sus orígenes, porque desde allí se podía pensar el final. Hoy, la idea de que el peronismo puede terminar está fuera de mi horizonte, por eso trato de explicar su permanencia. Algunas claves son la capacidad de adaptación de sus dirigentes (algo con lo que coincidieron casi todos los panelistas, llamándolo pragmatismo en algunos casos) y la capacidad del partido para contener dos y tres oposiciones; las alternancias están incluidas en él.”
Floria, que en el momento de su intervención había hecho “una división en capas geológicas (del ’40 al ’55; del ’55 al ’70; y del ’73 hasta la actualidad)” y algunas “advertencias para entender el fenómeno: la influencia del contexto internacional; la invencibilidad del peronismo frente a los cambios sociales, gracias al apoyo de la clase obrera, los sectores medios y altos y el fenómeno de los terribles entornos”, se refirió sobre el final a “la ausencia de la dimensión ética en la política argentina de las últimas dos décadas. Hay una deuda de los líderes: ellos deben ser educadores cívicos y en esos términos están todos aplazados”.
Wainfeld, por su parte, cerró el encuentro dejando una inquietud: “Yo creo que para pensar el peronismo como mecanismo de perpetuación tenemos una figura nueva, quizás el menos atractivo de los presidentes peronistas: Duhalde. Habría que prestar atención a su forma de construir prestigio. El se fue de la presidencia mejor de lo que llegó. Y creo que ahí hay una hipótesis sobre el manejo del poder”.