ECONOMíA › LA AUDIENCIA PUBLICA POR EL
GAS TERMINO EN ESCANDALO. RATIFICAN EL AUMENTO
Ni con el agua mineral bajó la temperatura
La oposición de las entidades de usuarios al acuerdo de precios entre Gobierno y petroleras generó incidentes que impidieron el desarrollo de la audiencia pública. Finalmente, el Enargas la dio por cerrada sin debate para habilitar los futuros aumentos.
Por Raúl Dellatorre
No fue el final que el Gobierno esperaba, pero tampoco el que habían imaginado quienes buscaban impedir la realización de la audiencia pública por el precio del gas. Después de una jornada cargada de incidentes, finalmente las autoridades del Enargas, cerca de las 10 de la noche, dieron por “cerrada” la Audiencia Pública sin posibilidad de que los interesados pudieran hacer uso de la palabra. Las protestas de entidades de usuarios y consumidores, con respaldo de legisladores y organizaciones populares como el movimiento de empresas recuperadas, impidieron desde temprano que se desarrollara el programa previsto. El intento terminó en escándalo y en un baño para varios representantes empresarios en agua mineral, que partió de las botellitas plásticas que los opositores a la realización de la audiencia regaron sobre sus humanidades. Varios intentos de reanudar la asamblea “no vinculante” chocaron, durante la tarde y entrada la noche, con la resistencia de las organizaciones, hasta que finalmente el ente regulador dio por “terminada” la audiencia, en medio de la irritación de los manifestantes que aún permanecían en el lugar.
El acuerdo previo entre Gobierno y productores establecía ajustes sucesivos del precio del gas en boca de pozo entre este mes y fines de 2006, con un valor final para el productor muy aproximado al vigente en dólares antes de la devaluación. Aunque el ajuste ponía en último lugar a los consumidores residenciales, con la posibilidad de excluir a los de bajos ingresos (anunciado pero no puesto por escrito en el acuerdo), las organizaciones de consumidores habían expresado su oposición y denunciaron la connivencia del Gobierno con los intereses de las empresas. Legisladores como Mario Cafiero, Francisco Gutiérrez y Héctor Polino acompañaron este reclamo, sumando a sus argumentos las palabras de Néstor Kirchner en Estados Unidos cuando habló de “extorsión” de las petroleras (ver aparte).
En ese clima y ya en conocimiento del rechazo judicial al pedido de nulidad de la audiencia presentado por las organizaciones de consumidores, el presidente del Enargas, Héctor Formica, dio inicio al encuentro casi puntualmente a las 10 de la mañana. El lugar elegido para su realización, un salón del segundo piso en el propio edificio del ente, ya resultó inapropiado para un evento que no iba a ser precisamente académico. En un ambiente angosto y largo, con techo bajo y comodidades para no más de 150 personas, el encuentro tuvo su primer incidente cuando Rubén Manusovich, presidente de Fedecámaras, pidió a voz en cuello que se cantara el Himno Nacional para empezar. De pie, la concurrencia cumplió la solicitud, no obstante lo cual el mencionado dejó inmediatamente la sala impugnando la realización del evento.
La audiencia pudo transcurrir con normalidad sólo durante media hora más. La brevedad de las exposiciones de los dos representantes petroleros que intervinieron y la breve y desapasionada presentación del subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar, inmediatamente después, parecían presagiar lo que se venía.
Cuando un funcionario del área de Energía se aprestaba a exponer con cuadros y transparencias los términos del acuerdo, integrantes de las organizaciones sociales se hicieron oír cuestionando el acuerdo, la audiencia pública, a las autoridades y a las empresas. Ganando el medio del salón, los manifestantes partieron la asamblea en dos, haciendo imposible su continuación. Una manifestante de las organizaciones de usuarios se paró frente a los empresarios petroleros y empezó a increparlos, fue subiendo el tono hasta que finalmente tomó una botellita de agua que estaba en una mesa contigua y la regó sobre sus cabezas (ver foto). Luego tomó otra para repetir la acción y siguió con las restantes. Entre burlas, gritos destemplados y cantitos contra los aumentos, la protesta se generalizó. Formica pidió pasar a un cuarto intermedio que resultaría definitivo, ya que la audiencia pública nunca pudo reiniciarse. Pasado el mediodía, hubo varios anuncios e intentos de reanudar lasesión (a las 14, a las 17.30, a las 19 y a las 21.40), pero los manifestantes ya habían ganado el salón e impidieron su concreción. El nerviosismo de las autoridades del Enargas y de la Secretaría de Energía era evidente. En algún momento de la tarde, ya casi entrada la noche, se consideró la posibilidad de convocar a las organizaciones opositoras a los aumentos para hoy a una reunión con el ministro de Planificación, Julio De Vido, para que formularan una contrapropuesta, postergando la audiencia pública para dentro de 15 días. Las empresas petroleras hicieron saber su desacuerdo, acusando al Gobierno de no cumplir su compromiso de dejar resuelto el tema antes del 10 de mayo. Finalmente, se impuso la “línea dura”: dar por cerrada la audiencia pública si no se podía reanudar el debate. A las 21.40, Formica volvió al recinto para cumplir el rito: hizo un amague de reanudar la sesión y, frente a la repetición de los incidentes, dio por “cerrada” la audiencia pública. Quien quiera exponer sus argumentos, podrá hacerlo por escrito.
Varias organizaciones presentes anticiparon su oposición al procedimiento, preanunciando una segura impugnación ante la Justicia. En tanto, el Gobierno considera allanado el camino, según su interpretación legal, para aplicar inmediatamente el ajuste en el precio del gas para el suministro a grandes industrias, grandes consumidores en general (exceptuada la generación eléctrica) y expendedores de GNC. El descongelamiento está en marcha, aunque no exento de obstáculos.