ESPECTáCULOS › ENTREVISTA AL MUSICO Y PRODUCTOR ALAN PARSONS
El regreso del ingeniero que supo ver el futuro del rock
En su nueva visita a la Argentina, el creador de The Alan Parsons Project cuenta su experiencia con grupos como Los Beatles y Pink Floyd y promete “tocar lo que la gente espera”.
Por Roque Casciero
Las crónicas del primer show de Alan Parsons en Buenos Aires, allá por abril de 1995, resaltaron que el público no descubrió casi hasta el final del primer tema que el artista en cuestión estaba en el escenario desde el comienzo. Es que el ingeniero, productor y músico inglés, de 56 años, nunca se caracterizó por un alto perfil, por más que una banda (o algo parecido) llevara su nombre: The Alan Parsons Project. Se trataba de un trabajo de estudio entre él y el compositor Eric Woolfson, que usaban una multitud de sesionistas e invitados para discos conceptuales (como I Robot, Pyramid y Eye in The Sky, entre otros) que en los ‘70 impactaban por su perfección sonora. Parsons siempre tuvo muy en claro cuál era su rol dentro del proyecto: “Básicamente, fui el ingeniero y productor. También era parte de la composición, pero el compositor principal era Eric. Y tocaba la guitarra sólo en ciertas ocasiones. No soy un músico frustrado que sienta que tiene que tocar en todos los discos. Y estoy contento de dejarle esa tarea a otros que probablemente van a hacerlo mejor que yo”, explica en la entrevista telefónica con Página/12. Para su nueva vista a la Argentina (actuará hoy y el sábado próximo en el teatro Gran Rex y el lunes en el Superdomo Orfeo de Córdoba), Parsons dice que, a pesar de que está presentando el disco A Valid Path, los shows estarán basados en “canciones del pasado”: “Vamos a hacer las que la gente espera y quizás unas cuatro del nuevo disco. La mayoría de los fans de The Alan Parsons Project conocerá cada uno de los temas del concierto”.
–Usted era muy joven cuando trabajó como ingeniero en discos como Abbey Road y Let It Be, de Los Beatles. ¿Qué importancia tuvo esa experiencia?
–Una importancia inmensa. Siempre fui fan de los Beatles y sentía que estaba viviendo en un mundo de fantasía cuando conseguí el puesto para trabajar en Let It Be. Era un sueño hecho realidad y fue la base sobre la que se desarrolló mi carrera. Fue un gran momento, pero en realidad me hubiera gustado trabajar con ellos un par de años antes, porque me hubiera encantado haber sido parte de Sgt. Pepper. En Let It Be y Abbey Road ellos ya estaban casi separados.
–También fue ingeniero de Dark Side of The Moon, de Pink Floyd.
–Semejante banda era un gran desafío para un ingeniero nuevo como yo. Cuando el disco salió fue un gran empujón para mi carrera. Cambió mi futuro: si no hubiera trabajado con Pink Floyd, The Alan Parsons Project nunca habría existido. No me siento culpable por haber imitado a Pink Floyd de cuando en cuando: tenía derecho de hacerlo.
–Usted era muy conocido en el ambiente de la música cuando empezó a publicar discos (en 1975) y tenía una extensa discografía cuando salió a tocar en vivo (en 1993). ¿Todo le toma más tiempo que a sus colegas?
–Bueno, en realidad sí me llevó mucho tiempo empezar a salir de gira. Fue necesario que Eric y yo nos separáramos para que pudiera tocar en vivo. Si todavía estuviéramos juntos, es probable que nunca hubiésemos salido de gira. El no tenía interés en viajar de una ciudad a la otra en autobuses de gira. Además teníamos dudas sobre si en los shows podríamos usar los sonidos de los discos. Y él tenía dudas sobre mis habilidades musicales (se ríe). No soy un virtuoso. Soy un guitarrista capaz.
–¿Le costó tanto como pensaba llevar su música a los escenarios?
–Fue un desafío. Usamos al máximo las ventajas de la tecnología de los teclados. A principios de los ‘80 hubiera sido muy difícil, porque la tecnología era muy primitiva. Con los teclados modernos se pueden usar la mayoría de los sonidos de los discos, en parte gracias a los samplers.