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El músico español Joaquín Sabina dijo ayer en Buenos Aires que está tan claro que la guerra de Estados Unidos contra Irak es absurda que al respecto sólo escribiría dos versos. Esos versos son, dijo: “La guerra preventiva hágansela a su puta madre y métanse los misiles por el culo”. El cantautor incursionó de este modo en la poesía política pocos antes de participar en la entrega de los Premios Gardel, durante una ceremonia en que fue premiado con un disco de platino y otro de oro por las ventas en la Argentina de su último CD, Dímeno en la calle. En ese marco, afirmó que cuando lee en los diarios españoles notas sobre la crisis económica y social que atraviesa Argentina siente mucho dolor, porque se siente un ciudadano más de Buenos Aires. Al respecto, uniendo en una idea los dislates de los poderosos del mundo y los últimos años de política en la Argentina expresó: “Siempre vi gente maravillosa con gobiernos horribles y siempre me pareció que la gente no merecía esos gobiernos pero aún así siguieron las calles llenas y la gente con ganas de escribir y de cantar”.
Sabina dijo que siente vergüenza de que España e Inglaterra estén apoyando la cruzada del presidente estadounidense George Bush. Agregó, empero, que “para gran sorpresa de (el presidente de España José María) Aznar y de (el primer ministro británico Tony) Blair y de mucha otra gentuza. lo que han provocado es un incendio. Es decir, que en España el movimiento ciudadano que parecía muerto ha resurgido con un vigor que no se conocía desde los años 60”.Respecto de su alejamiento de algunos vicios luego de un derrame cerebral que sufrió en 2001, contó que está bien de salud, pero aburrido. “De salud estoyrepugnantemente bien y me aburro mucho. Podría decir que desde que no tomo coca estoy muchísimo mejor, pero esa no es la verdad, y en esta casa hemos sido de todo menos hipócritas, así que no lo diré.” Sabina contó que la canción “Como un dolor de muelas” –que compuso junto al Subcomandante Marcos por Internet– estuvo ocho años entre paréntesis. “La verdad es que hace ya nueve años el Subcomandante Marcos me mandó una carta muy divertida, con mucho humor, sin una palabra de política, donde decía que lo había dejado su novia, que le dolían las muelas, que estaba en la selva Lacandona, que no tenía revistas porno. Me pidió que fingiéramos que éramos íntimos y que le pusiera música a una letra que me mandaba, que era muy breve, tan breve que a mí me bloqueó (...) Hoy, somos una pareja de hecho, pero sólo por vía Internet.”