ESPECTáCULOS
Caballos, armas y maratones
- Liv Tyler (Arwen) decidió seguir los pasos de su padre Steven y registró “Arwen’s song”, una canción que Jackson incluiría en El regreso del rey. Aunque varios de los diálogos románticos con Aragorn son –afortunadamente– en élfico, la cantó en inglés.
- La batalla de Pelennor exigió el uso de 250 caballos, lo que significó más de un problema. En medio de la filmación, uno de los jinetes cayó al piso y quedó en medio de la estampida, pero milagrosamente no sufrió lesiones. “Ojalá hubiera tenido una cámara allá abajo, había unas tomas fantásticas de cascos...”, llegó a comentar.
- El que sí sufrió un accidente con consecuencias fue el ilustrador Alan Lee quien, mientras chequeaba un decorado de Lothlórien, pisó en un lugar que no había sido reforzado, las tablas cedieron y cayó desde poca altura, pero se fracturó un brazo. No era el de dibujar.
- En EE.UU., el estreno de la tercera parte será precedido (desde el 5 de diciembre) por un reestreno en cines de las versiones completas de La comunidad del anillo y Las dos torres. El 16 de diciembre arrancará un maratón de la saga completa. Aún no se sabe nada sobre los planes de lanzamiento local.
- Las películas demandaron la fabricación de un auténtico arsenal. Se diseñaron y fabricaron 48 mil piezas de armadura y 2 mil armas, incluyendo espadas, lanzas, picas, mazas, arcos, ballestas, dagas, cuchillos y hachas. Además, se realizaron 10 mil flechas, luego reforzadas con más flechas digitales. Salvo en la ficción, no hubo heridos de gravedad.
- Más allá de los personajes, el centro de la película es, claro, el Anillo: el joyero neocelandés Jens Hoyer Hansen diseñó quince anillos distintos, aunque su muerte en 1999 obligó a que su hijo Thorkild tomara la posta. Elegido el modelo a usar, se realizaron treinta anillos de diferentes medidas.
- Desde el título, Aragorn tiene fuerte incidencia en la tercera parte y su cara ya parece inseparable del personaje. Curiosamente, Viggo Mortensen fue uno de los últimos en sumarse al reparto, y todavía estaba leyendo el libro. “Como Aragorn, me di cuenta de que me enfrentaba a un viaje largo e incierto”, comenta el actor, que insistió en llevar su espada durante todo el rodaje, en vez de devolverla a los vestuaristas cuando no filmaba.