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Hugo Midón sostiene que esta crisis económica argentina parece llamara a la violencia, y que ante eso, el teatro debe tomar una actitud: “La injusticia ya es violencia –dice– y shockea tanto como el exceso de autoridad aplicado sobre los chicos y los más jóvenes. Por eso en mis musicales busco que quede clara la aspiración a vivir en una sociedad abierta a todas las expresiones y capaz de dar oportunidad a todos. En Stan y Oliver, intenté una complementación ideológica entre el Flaco y el Gordo. Quería que los chicos entendieran que el otro no tiene que pensar necesariamente como uno para poder ser su amigo. La variedad de opiniones es positiva, la confrontación (siempre que no derive en fanatismo) nos permite recapacitar, descubrir nuevos caminos y trabajar en equipo”.