ESPECTáCULOS › RUBEN STELLA NO PUDO HABLAR
El discurso que no pudo ser
El secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella, declinó hablar anoche a la multitud que asistía a la inauguración oficial de la Feria, por el clima de hostilidad ante los políticos en general que presidió la ceremonia. Fue por la previsibilidad de ese clima que el presidente Eduardo Duhalde había decidido con bastante antelación no aceptar la invitación de los organizadores. Página/12 tuvo acceso anoche al discurso que Stella debió haber pronunciado, y que se guardó en un bolsillo ante el cariz de los acontecimientos. Estos son los principales párrafos del texto que nadie escuchó:
“Cuando empecé a escribir estas palabras, la primera imagen que me vino a la memoria fue la de un Rubén Stella mucho más joven recorriendo los pasillos muy similares a éstos, ávido, lleno de hambre de letras. La Feria del Libro era, en esas épocas, un acontecimiento imperdible, que convocaba de manera ineludible más allá de la mejor o peor circunstancia personal por la que uno estuviera atravesando. Si traigo a colación este recuerdo es porque han pasado años, el país ha vivido épocas de dictadura, de democracia, de transiciones. Ha habido alegrías desbordantes y llantos sin consuelo. Hoy mismo afrontamos una realidad muy dura que la que recuerdan los más memoriosos. Y sin embargo, la Feria del Libro hoy sigue estando (...)
“Sería hipócrita si me limitara a celebrar, sin mencionar el marco de la realidad en la que estamos celebrando. Una realidad que exige a todos, en el contexto de nuestras responsabilidades como habitantes solidarios de la Nación, un enorme caudal de esfuerzo para lograr resultados. Es por eso que este año, partiendo de circunstancias en las que la sensatez hacía dudar que la Feria fuera posible, llegar a este momento tiene un valor simbólico . Habla, antes que nada, de que los sueños merecen ser defendidos. Habla de que la adversidad no se modifica con lamentos, sino con creatividad y esfuerzo” (...)
“Pero, sobre todo, esta Feria se construyó desde la expectativa de la gente, que estaba esperándola y a la que no se le podía fallar. Quizá la gran lección que estos libros que nos rodean están enseñando es que es con esa actitud con la que se hacen obras. Y de eso se trata en este momento. Empezando por la gran obra que todo hombre tiene por delante, que es aportar a la construcción de una Patria en la que vivir y crear. Seguramente, una vez que declaremos inaugurada esta Feria del Libro, luego de pasado el primer momento de euforia, vendrán otra vez los problemas de allí afuera a asediarnos.”