ESPECTáCULOS › SEGUN LA TRADUCTORA NORTEAMERICANA ESTHER ALLEN
“El español tiene misterio”
La traductora norteamericana Esther Allen va directo al grano y explica su interés por la literatura en lengua española. “Soy de California y crecí con el español en mis oídos”, recuerda en la entrevista con Página/12. “Siempre me ha parecido mucho más rico el español como campo literario, se parece a una ciudad llena de misterios por descubrir que nadie ha explorado todavía”, subraya Allen, doctorada en Literatura Comparada por la Universidad de Nueva York, traductora de Jorge Luis Borges (traducción que recibió el premio del National Book Critics Circle Award en 1999), Felisberto Hernández (“el amor de mi vida”, dice del escritor uruguayo) y Javier Marías, entre otros. “No puedo decir que descubrí a Borges cuando lo traduje, eso fue un privilegio, pero hice la primera traducción más o menos completa, y no políticamente motivada, de José Martí, un autor que aprecio mucho, y que salió en la prestigiosa colección de los Penguin Classic”.
Allen asegura que a la literatura escrita en otros idiomas que no sea el inglés le cuesta mucho llegar al mundo editorial anglosajón. “Todo lo contrario de lo que sucede acá, con esa receptividad tan extraordinaria, tan propia de los argentinos, hacia las literaturas del mundo entero, que les viene de cierta manera de Borges, pero que también era previa a su existencia; él era un síntoma más que una causa.” Por haber tan poca traducción, por ser el mundo editorial tan cerrado a lo nuevo, Allen asegura que ella traduce por afición, por pasión. “En Estados Unidos no existe la traducción literaria desde las casas editoriales, es siempre free lance –aclara–. Yo busco libros y después intento presentarlos para traducirlo, tomo un papel activo porque no puedo esperar la llamada de un editor. En general, los editores no hablan otros idiomas y están metidos en ese universo tan inmenso de la literatura escrita en inglés que les da miedo publicar libros que no han leído, un miedo que yo les digo que es falso porque cuántas veces un editor paga muchísimo dinero por un libro que todavía no está escrito, eso pasa todo el tiempo en Estados Unidos.”
A la traductora norteamericana, que preside el comité de traducción del PEN Club desde el 2002, le interesan algunos escritores argentinos que le recomendaron: Federico Jeanmaire y Hebe Uhart. “Algo que me llamó la atención es que César Aira se gana la vida como traductor literario, algo que sería imposible en Estados Unidos. Una de las características desafortunadas de la literatura no sólo norteamericana sino en el mundo entero, es que esa idea del rol del escritor, que incluye la traducción, desapareció hace mucho”, señala Allen, y define su rol como traductora en el siglo XXI: “Hay que crear un espacio de resistencia literaria frente a la globalización”.