ESPECTáCULOS
La ficha
Su abuela española le canturreaba tangos para acortarle la distancia entre París y Valencia, donde transcurrían las vacaciones familiares. Jean François Casanovas no imaginaba por entonces que muchos años después profundizaría aquel primer contacto con la cultura porteña en una radicación que ya es definitiva. Mucho tiempo después de hacer sus primeras armas en el show business parisino, y muy poco después de aburrirse del ambiente del music hall, Casanovas decidió venirse a Buenos Aires. Enseguida formó un elenco con actores y transformistas locales. Aquel grupo –el proto-Caviar– se llamaba Cóctel, nombre que eligió el director con la idea de reflejar la combinación de estilos que aún hoy lo caracteriza. Pero a solamente tres semanas de su estreno en el Bauen, al Cóctel Show, su primer espectáculo, le llegó la clausura por inmoralidad. Lo insólito del hecho fue que algún militar influyente vio el mismo montaje durante sus vacaciones en Punta del Este y le gustó tanto que se propuso darle al grupo la oportunidad de volver a las tablas pero, claro, bajo un nombre distinto. Así surgió el actual Caviar. Desde entonces, el grupo ha estrenado puntualmente una obra por año. Sus integrantes han cambiado muchas veces pero, de todos modos, Caviar sigue fiel a sí mismo: los Cinco Grandes del Buen Humor, Mercedes Sosa, Eva Perón y Niní Marshall son algunas de las personalidades a quienes rindió homenaje a lo largo de su trayectoria. Sólo hasta hace unos años atrás, hacia el final del show, Casanovas siempre hacía su aparición travestido como Madame Caviar, mujer inquietante, calva y refinada, “la que juega con los hilos de la vida y la muerte”, según la propia mitología del grupo.