Cada año, el 8 de marzo, se celebra el Día de la Mujer, también denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y proclamado hace poco más de un siglo, en 1911. La presencia de un día que conmemora a la mujer da cuenta de un cambio de posición en la cultura occidental, marca una diferencia. Suele decirse que el siglo XX fue el siglo de la mujer. Hoy, a más de cien años de aquella fecha inaugural, no caben dudas de que se ampliaron los campos en los que la mujer interviene en el mundo público en distintas esferas: política, económica, cultural. Han sido importantes los avances en el campo de la salud, desde el acceso a la anticoncepción hasta las técnicas reproductivas que le permiten a la mujer ampliar los horizontes en los proyectos de maternidad. Pero estos avances coexisten con espacios de extrema vulnerabilidad y desigualdad y en los cuales parecería que el tiempo está detenido: femicidios, trata de mujeres, violaciones y una legislación en suspenso sobre el aborto que trae como efecto la muerte de un número muy grande de mujeres. Los avances coexisten con relaciones de poder alienantes, tanto a nivel conyugal como en el entramado social. En estas intersecciones se ubican las matrices de la constitución de la subjetividad.

* Psicoanalista, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), enlace del Comité de Mujeres y Psicoanálisis de la International Psychoanalytical Association (IPA).