PSICOLOGíA › ACERCA DE LA “MATRIZACION” Y “REMATRIZACION” EN PSICODRAMA
“Vos tenés la misma rebeldía de tu tío”
Por Leonel Sicardi*
En su sesión de grupo, Patricia cuenta que está muy angustiada. Ella y su pareja tienen el proyecto de comprar una casa pero, a ella, algo se lo impide; no se decide. Ella es del norte del país. Está en pareja con un porteño pero se define en cuanto a casarse ni en ningún proyecto que, dice, le permitiera “echar raíces”: que le permitiera quedarse.
En el trabajo psicodramático aparece una escena que tuvo lugar entre Patricia y su madre cuando ella tenía 17 años. Ella había tenido un tío con respecto al cual la versión familiar afirmaba que había muerto en un accidente de tránsito. En realidad, había sido militante político y había muerto asesinado. Pero los secretos familiares suelen resquebrajarse porque aparecen datos contradictorios, climas discordantes: la chica empezó a tener sospechas y terminó aproximándose a la verdad.
En aquella escena con la madre, ésta había admitido el engaño y lo había fundamentado en que, si ella sabía la verdad, temía que le sucediera lo mismo porque “vos tenés el mismo carácter rebelde de tu tío”. “Si en esta familia se ocultan las cosas, yo me voy a ir”, contestó Patricia.
Fue lo que efectivamente hizo. Emprendió un viaje por distintos países. Después volvió a la Argentina pero ya había “matrizado” (ver más abajo) que la solución ante situaciones conflictivas es la huida, porque la alternativa es la muerte; había generado su personaje de “la fugitiva”.
En la sesión, le pedimos a Patricia que reviva muy despacio, como en cámara lenta, aquel momento en que resolvió que la solución era la huida. Mediante la “técnica del espejo”, un compañero de grupo toma el lugar de Patricia en la escena, que así ella presencia. Luego ella, volviendo a la escena, le dice a su mamá que quiere saber la verdad pero no huir de su historia; quedarse y entender lo que pasó, aceptándolo tal cual fue.
Patricia se reencuentra en forma emocionada con estos aspectos de sí misma, en el orden de una respuesta distinta a la huida permanente. Dos sesiones después, cuenta que habló por teléfono con su madre, a la que no llamaba desde hacía tiempo; algunas sesiones más tarde relata que pudo elegir una casa para comprar, donde instalarse y vivir con su pareja.
La matriz es el patrón de conducta que el sujeto eligió para resolver una situación planteada en el allá y entonces de su historia vincular; estereotipada, pasa a ser una conducta defensiva. Dalmiro Bustos, en El psicodrama, puntualiza que “para investigar la matriz de una conducta defensiva hay que preguntarse para qué y no por qué”. Desde el aquí y ahora se revisa qué entrampamientos resultan de esa respuesta instalada en situaciones que no son la original.
En la sesión, descubrimos la conducta que el protagonista generó en su momento y que ahora desea revisar. Ya focalizada en el campo dramático, deberá saber cómo la gestó, para llegar al instante mismo de la gestación e incorporar modificaciones.
La escena podría dar lugar al nacimiento de un cambio, y esto sería la “rematrización”: la posibilidad de trabajar, desde la escena, apuntando a la modificación necesaria para que se genere una nueva conducta más adecuada o ajustada a este momento del protagonista.
* Miembro de la Sociedad Argentina de Psicodrama. Coordinador de las IX Jornadas de Psicodrama. El texto es un fragmento del trabajo “Cuando los personajes salen a escena. Locus, matriz y status-nascendi en la escena psicodramática”.