PSICOLOGíA › ETICA DE LA FORMACION PROFESIONAL
Denunciar la moral
Por Susana Benveniste*
La lectura de Spinoza permite diferenciar entre ética y moral: la ética es encargada de denunciar a la moral, de poner al descubierto la función esclavizante de los valores y normas morales y así posibilitar el despliegue de las potencias creadoras. La moral, en cambio, disciplina, produce una subjetividad moldeada por las expectativas del poder y acota a los hombres en una individualidad determinada.
En la formación profesional, la ética es un posicionamiento respecto de la tarea de transmitir saberes. Es ante todo una óptica desde la cual los actores del proceso de aprendizaje, docentes y alumnos, son sujetos doblemente sujetados: tanto a la dependencia y los controles sociales como a una autoconciencia que entrampa en una identidad determinada.
Desde esta perspectiva, la formación es un encuentro donde, en la conjugación de múltiples y diferentes deseos de saber, se intenta construir un espacio de libertad, un desujetamiento. Es, en el lenguaje de Jacob Levy Moreno, liberar la espontaneidad. En el caso del psicodrama, hay que observar que no es una psicología de la acción, sino del acto. A diferencia de los enfoques pragmáticos, que privilegian la acción por el objetivo a lograr, en el psicodrama la acción está al servicio de la creación; se trata del movimiento como cambio cualitativo de la realidad, como actualización de una potencia.
En la formación no se trata sólo de proveer herramientas psicodramáticas sino de construir el rol de coordinador, integrando factores como el estudio de los fenómenos grupales y la reflexión sobre la ideología subyacente a determinadas prácticas.
* Miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Psicodrama. Fragmento del trabajo “La ética en la formación de psicodramatistas”.