PSICOLOGíA › EL FENOMENO DEL “DOBLE” EN LOS MEDIOS Y EN LA REALIDAD
“Coloca el yo ajeno en lugar del propio”
Por Noemí Focsaner *
Roland Barthes cuenta en su libro La Torre Eiffel que Guy de Maupassant desayunaba en esa torre porque era el único lugar de París desde donde no se veía la Torre Eiffel. ¿Por qué Maupassant tenía que ir a aquella Cosa que para él estorbaba la mirada de París? Vería allí, en esa multiplicación de la imagen por todo París, un fenómeno del doble y su efecto siniestro. La Torre es un símbolo universal de París y forma parte, según Barthes, de la lengua universal. Vale la pena recordar que las primeras transmisiones de radio en Francia se hicieron desde allí.
Sigmund Freud, en “Lo ominoso” (también traducido como “Lo siniestro”), toca el tema de la repetición de lo igual: “Lo siniestro sería aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”. En la subjetividad, pero también en los medios, se sitúa este mecanismo donde lo real se da en los simbólico, en el borde mismo de la metáfora, jugado en la báscula realidad-ficción y ficción-realidad.
Los medios de comunicación manipulan el relato por el cual se accede a la realidad mediante la apropiación de la experiencia del receptor. Un hombre se fue a suicidar a Crónica TV. Se apuntaba con el revolver a sí mismo mientras hablaba con una periodista de sus problemas conyugales. Aparecía “en directo” lo real de la subjetividad in extremo. ¿Fenómeno del doble en los medios? Crónica TV no hace edición, es concreta, reduplica los hechos cotidianos. La imagen de la televisión se apropia de la realidad, establece sus propias marcas.
En aquel artículo, Freud toma el tema del doble, del “otro yo”, y menciona “la identificación de una persona con otra, de forma que pierde el dominio sobre su propio yo y coloca el yo ajeno en lugar del propio”. Este fenómeno del doble el que se da en la subjetividad y en los medios, con pérdida de límites entre la ficción y la realidad.
La repetición de lo semejante produce un efecto siniestro. Vale el ejemplo de aquellas otras torres, las gemelas de Nueva York, cayendo una y otra vez en la intimidad del espectador de televisión. Es la relación entre lo familiar, lo deseado y lo extraño.
En la Argentina, muchos elementos nuevos hacen menos previsible la vida cotidiana, desde los cortes de ruta –y las respuestas a ellos desde el poder– hasta las asambleas vecinales. Lo hogareño se vuelve extraño, y lo cotidiano ha adquirido dimensión de urgencia.
* Psicoanalista, docente del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina, UBA. Miembro fundador del Centro de Estudios e Investigaciones sobre Medios y Semiología de la Vida Cotidiana y del Capítulo de APSA del mismo nombre. El texto publicado es un fragmento del trabajo “El fenómeno del doble en la subjetividad y en los medios”.