La reforma de Río Negro fue reconocida más afuera que dentro de la Argentina. Tuvo lugar durante una década en la que instituciones internacionales como la OMS y la OPS empezaron a cambiar su actitud conservadora y se orientaron hacia la defensa de los derechos humanos de los usuarios de la psiquiatría y hacia modelos de atención comunitaria. Esta coincidencia entre innovación local e innovación global permitió a Río Negro salir del aislamiento en que el mundo de la psiquiatría oficial argentina lo quería mantener. En 1990, la Organización Panamericana de la Salud propició la histórica Conferencia de Caracas. A partir de Caracas, la experiencia rionegrina dejó de ser la aventura de un pequeño grupo de profesionales estigmatizados, aislados o ignorados por la psiquiatría oficial, sino que fue y es reconocida en el marco de un proceso regional y global sustentado en la autoridad moral y técnica del Informe Mundial de la Salud 2001 de la OMS, que reconoció y aceptó las posiciones de la psiquiatría comunitaria y antiinstitucional.

La experiencia de Río Negro continúa y sigue evolucionando a lo largo de los años. Vale la pena historiar sus orígenes. No son muchas las experiencias innovadoras en salud mental que tienen una historia larga y sólida: es necesario que sean cuidadosamente documentadas, para que no queden solamente mitos, y de los mitos, no importa si son positivos o negativos, no se puede aprender nada. Además, en 2010 se promulgó en la Argentina la Ley de Nacional de Salud Mental 26.657, que ha sido juzgada muy positivamente por la Organización Mundial de la Salud, por diversos organismos internacionales y expertos. Y la reforma de Río Negro es un antecedente fundamental de esta ley: una referencia ética y técnica imprescindible.

* Director del Centro Colaborativo en Salud Mental de la Universidad de Ginebra, Organización Mundial de la Salud (OMS).