El Gobierno anunció ayer la duplicación de los topes de facturación para las escalas del monotributo. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner comunicó la novedad en la previa del encuentro que mantuvo con empresarios y sindicalistas en la Casa Rosada (ver aparte). La nueva disposición eleva el máximo para prestadores de servicios de 200 mil a 400 mil pesos, mientras que para la venta de bienes muebles sube de 300 mil a 600 mil pesos. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, informó que la medida beneficia a 2.250.338 monotributistas y su vigencia cuenta desde el 1º de septiembre pasado. A su vez, la modificación impactará en aquellos contribuyentes que por su nivel de facturación habían pasado al Régimen General y ahora estarían en condiciones de volver al monotributo. El monto de la cuota mensual permanecerá sin cambios.

Al igual que hizo al anunciar la suba del mínimo no imponible de Ganancias, la Presidenta eligió un nuevo encuentro con empresarios y sindicalistas para comunicar el incremento de las escalas del monotributo. La reunión comenzó al mediodía en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada. La Presidenta destacó la importancia de ese espacio de debate que surgió después de las elecciones y pidió que los presentes expresaran sus opiniones sin reprimirse. “No tengamos miedo de decir lo que pensamos en estas reuniones porque yo no me voy a comer a nadie”, sostuvo. La frase estuvo motivada por las declaraciones de Jorge Brito, titular de Adeba, y Héctor Méndez, presidente de la Unión Industrial, quienes participaron de los dos encuentros previos sin formular críticas y luego cuestionaron con dureza al Gobierno en entrevistas concedidas a distintos medios. Sin embargo, ni Brito ni Méndez estuvieron ayer en la Casa de Gobierno.

Después de esa aclaración de Cristina Fernández y antes de la reunión a puertas cerradas, Echegaray detalló el aumento de las escalas del monotributo y la superintendenta de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld, anunció un incremento de los fondos que se destinarán a las obras sociales (ver aparte).

El titular de la AFIP sostuvo que la decisión de subir las escalas se debatió en las otras dos reuniones con empresarios y sindicalistas e incluso mencionó que Osvaldo Cornide (CAME), Juan Carlos Lascurain (Adimra) y Marcelo Fernández (Cgera) fueron algunos de los que realizaron aportes. Luego aseguró que la medida alcanza a 2.250.338 monotributistas, de los cuales 1.510.266 pertenecen sólo al Régimen Simplificado, mientras que 740.072 también aportan como empleados en relación de dependencia. El funcionario precisó además cómo impactará la medida a nivel territorial al detallar que el 34 por ciento de los beneficiarios se concentra en la provincia de Buenos Aires (762.878), el 17 por ciento en la Capital Federal (384.283), el 11 por ciento en Córdoba (241.078) y el 10 por ciento en Santa Fe (224.103), distribuyéndose el 28 por ciento restante en las otras provincias del país.

Con estos cambios, la categoría más baja, la B, que concentra a unos 950 mil monotributistas (42 por ciento del total), elevó su techo de facturación anual de 24 mil a 48 mil pesos; la C, donde están inscriptos unos 290 mil (12,9 por ciento), de 36 mil a 72 mil pesos; y la D, en la que aportan otros 270 mil contribuyentes (12 por ciento) de 48 mil a 96 mil pesos. El resto de las categorías también duplicó su techo (ver cuadro).

La actualización de los topes de facturación beneficia al contribuyente que estaba a punto de subir de categoría por un incremento en su facturación, ya sea por mayor actividad o por efecto de la inflación, y a los que permanecían “escondidos” en una categoría más baja de la que les correspondía y ahora dejarán de estar en infracción. Además, como el monto de las cuotas no fue modificado, incluso algunos monotributistas podrían terminar pagando menos de lo que pagan en la actualidad.

Si un proveedor de servicios venía facturando entre 36 mil y 48 mil pesos por año le correspondía estar en la categoría D y pagar una cuota mensual de 385 pesos, entre impuesto, obra social y jubilación, mientras que ahora podría quedar en la categoría B y pagar sólo 296 pesos por mes. En ese caso, deberá recategorizarse a la baja antes del 20 de este mes. No obstante, fuentes de la AFIP advirtieron a este diario que para el cambio de categoría no sólo debe tomarse en cuenta la facturación sino también la superficie afectada, la energía eléctrica consumida anualmente y el monto de alquiler devengado, en caso de que corresponda. De estos tres ítems, sólo se actualizó alquileres, en línea con la suba de los topes de facturación.

Por ejemplo, los proveedores de servicios que informaron como superficie afectada menos de 30 metros cuadrados y hasta 3300 kilovatios de energía consumida anualmente, topes vigentes para la categoría B, pero estaban en la categoría C o D porque facturaban más de 24 mil pesos por año, no tendrán problemas en bajar de categoría, pero si declararon una superficie o un consumo energético mayor deberán permanecer en una categoría superior a la B aunque facturen menos de 48 mil pesos por año.

En la AFIP aseguraron que no saben cuántas personas van a estar en condiciones de recategorizarse a la baja a partir de estos cambios, pero estiman que el costo fiscal será nulo o poco significativo porque el cruce con las otras variables limitará esos pasajes. A su vez, remarcaron que el que quiera pasar del Régimen General al monotributo deberá tener todas las declaraciones juradas en regla y ninguna deuda porque si no el organismo no lo habilitará.

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El monotributo antes y ahora