SOCIEDAD › UNA TESTIGO VIO A POLICIAS LLEVARSE A NATALIA
Melmann, en la recta final
En el juicio oral por el crimen de Natalia Melmann, la declaración de una testigo de identidad reservada complicó aún más a los tres policías detenidos. La chica aseguró haber visto cómo varios efectivos introducían por la fuerza a Natalia en una camioneta policial. Además, se presentaron las pericias de ADN que demostraron que las materias orgánicas encontradas en el cuerpo de la víctima corresponden a los policías imputados.
Aquella madrugada del 4 de febrero del año pasado, la testigo se encontraba en la puerta de una casa abandonada esperando a su novio. Así fue como escuchó una frenada y observó, oculta en unas ligustrinas, que un agente bajaba de una camioneta policial y tras golpear a Natalia en la cabeza la obligó a subir al vehículo. Luego aseguró a los jueces estar “casi segura” de que ese policía “era (Ricardo) Anselmini” y contó que la persona que caminaba junto a la víctima “no hizo nada, ni la defendió y se fue rápidamente del lugar”. Luego de un año, ayer la testigo decidió romper el silencio frente al tribunal.
En tanto, los peritos químicos Mariano Levin y María Mercedes Lojo confirmaron que el material orgánico extraído del hisopado vaginal que se le realizó a Natalia es compatible, sin margen de error, con el perfil genético del policía Oscar Echenique. Además, se halló material genético con características similares a los imputados Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez. En su declaración, el médico legista Guillermo Berman sostuvo que las manchas de sangre halladas en el baúl y parasol del vehículo de Suárez son compatibles con el ADN de Natalia, por lo que se cree que estuvo allí mientras aún estaba viva.
La perito forense Adriana Oliva indicó en su testimonio que Natalia “fue asesinada el mismo día de su secuestro y la mantuvieron oculta en un lugar no hermético como podría ser una habitación o el baúl de un vehículo”. También se pudo comprobar la existencia de manchas de sangre compatibles con Natalia en la campera que llevaba aquel día Gustavo “El Gallo” Fernández.