EL PAíS › LA DEFINICION DE LA UCR Y EL PJ SOBRE EL JUICIO A LA CORTE
El frenesí del voto a voto
Mañana podría definirse si se sepulta o no el juicio político a la Corte. Debate en la UCR y problemas en el PJ para alcanzar quórum.
Por Felipe Yapur
La Cámara de Diputados deberá resolver mañana si vota o no la preferencia que solicitó el PJ para debatir el juicio a la Corte Suprema en una próxima sesión. El radicalismo consiguió tiempo al pedir un cuarto intermedio, pero se está terminando. El miércoles tiene que llevar una propuesta al recinto que detenga la intentona del PJ y al mismo tiempo evite una fractura interna. Hasta el momento, la alternativa más viable es la vuelta a comisión del dictamen. Pero al igual que la preferencia de los justicialistas, la propuesta de los radicales debe votarse. Entonces, las próximas horas serán cruciales tanto para el oficialismo como para la oposición en lo que en el argot parlamentario se denomina el punteo de votos.
“No nos disgusta la vuelta a comisión. Es la posibilidad que mayor consenso tiene”, reconoció a este diario el diputado radical Mario Capello. El sanjuanino, que integra además la conducción de la bancada, se mostró confiado de la suerte que correrá esta propuesta al sostener que “los justicialistas no tienen los votos para votar su preferencia”.
Puede ser cierto lo que dice el radical sanjuanino, sobre todo si se tiene en cuenta que en las dos últimas sesiones especiales que solicitaron para tratar el juicio a la Corte el oficialismo logró bajar a las bancas entre 70 y 82 legisladores. No son suficientes para aprobar una preferencia. Pero los radicales deben antes convencer a los diputados del ARI, a los de izquierda y, fundamentalmente, a los provinciales. Estos últimos quieren debatir el dictamen y buena parte de ellos pretenden destituir a la mayoría automática menemista de la Corte. Por lo tanto, y más allá de la confianza de Capello, la situación de los radicales no es tan fácil como él se esmera por presentar.
Los peronistas viven una situación similar. Si bien ellos se esfuerzan por mostrarse confiados en la resolución del polémico juicio político, en la intimidad reconocen que no las tienen todas consigo. “Si en el recinto hay 200 legisladores, nosotros no tendremos los números para ganar la preferencia”, confió la semana pasada a sus pares un diputado menemista. No es un dato menor la reflexión de este representante del padre de la convertibilidad. Este sector resiste la vuelta a comisión porque entienden que sería “obligar a los jueces a vivir con una soga al cuello”. El argumento es al menos antojadizo, sobre todo si se entiende que la Comisión de Juicio Político existe en la Cámara baja no sólo por este caso y todos los magistrados federales saben que alguna vez pueden ser objeto de un pedido de juicio político.
Mañana, cuando Eduardo Camaño retome la sesión de la semana pasada, deberá decidir qué hacer. En primer lugar puede hacer votar la preferencia que pidió el menemista Manuel Baladrón. Si así lo hace corre el riesgo de que se caiga la sesión ante la pronta huida de los radicales. Para mantenerlos en sus bancas el duhaldista puede darle la palabra a algún diputado de la UCR, quien a su vez le daría la palabra a algún miembro de la Comisión de Juicio Político para que presentara una moción de orden donde se pidiera el retorno del dictamen. Camaño entonces debería hacer votar primero esa moción. El dilema que se le plantea entonces al bonaerense es si tiene los votos para ganarles a los radicales. Si no es así, la posibilidad de huida se traslada a los justicialistas, por lo que la definición del juicio a la Corte se diferirá una semana más.