Martes, 24 de febrero de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › EN EZEIZA, UNA RECLUSA APARECIó AHORCADA
“A mi hija la asesinaron”, denunció Claudia Nicodemo. Un grupo de compañeras de pabellón la habían encontrado colgando, aún con vida, del techo de su celda, en la Unidad Penitenciaria de Mujeres Nº 3 de Ezeiza. Pero no pudieron salvarla. Mientras la causa por la muerte, a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal Nº 2 de Lomas de Zamora, fue calificada como “suicidio” y la Procuración Penitenciaria trabaja en la investigación del caso, la hipótesis de la mujer coincide con la que sostienen las presas de la unidad, que responsabilizan al Servicio Penitenciario Federal (SPF) por la muerte de la joven de 22 años. “La jefa de Seguridad Interna la dejó abandonada. Nunca hizo caso a los pedidos de cambio de alojamiento de Silvia. Ellos son responsables, no por acción, sino por omisión.”
Hacía poco más de un año y medio que Silvia Nicodemo estaba presa, pero desde hace poco más de tres meses había llegado a una celda individual, al fondo del pabellón 8 de la unidad Nº 3, donde sus compañeras la encontraron ahorcada, pasadas las 5 del domingo. “Estaba colgada de un lugar al que, por lo alto, ella no podía acceder. Estaba viva. Movía las manos y las piernas y apretaba bien los dientes, me contaron. Alcanzaron a bajarla, pero se murió en los brazos de una de ellas, que supongo que fue la que me llamó esa misma mañana”, relató a Página/12 la mamá de la joven.
Según la mujer, su hija tenía una relación “buenísima” con sus compañeras, pero “era odiada por la policía”. Los problemas con la planta penitenciaria habrían empezado cuando la joven, al querer defender a una presa embarazada, le pegó a una celadora. “Estuvo más de veinte días en ‘los tubos’ –celdas de castigo– y desde ese momento se la tenían jurada”, explicó. Luego de recibir dos llamados anónimos el domingo a primera hora, que le dijeron lo sucedido, llegó la información oficial: “La asistente social me dijo que mi hija estaba en el hospital y que tenía que ir para allá. No me dejaron verla. La chica me dijo que ella no sabía nada, que le parecía que se había descompuesto”, sostuvo Claudia. Ayer recibió una notificación del juzgado en la que le solicitaba retirar el cuerpo de su hija de la morgue.
Su versión no dista mucho de la que la Procuración Penitenciaria Nacional reconstruyó hasta el momento desde el relato de las presas. Si bien la investigación recién se inicia, Mariana Lauro, una de las abogadas que se acercó al penal, informó que “las compañeras confirmaron que la chica no tenía problemas con ellas ni mostraba signos de depresión. Incluso dijeron que se estaba preparando para la visita de su mamá, el domingo”. No obstante, dejó en claro que “aún si fue un suicidio, el hecho es de extrema gravedad, y el SPF es responsable”.
En diálogo con este diario, un grupo de detenidas reveló que Silvia “pidió muchas veces (a la jefa de Seguridad Interna) el cambio de sector, pero no se le prestó atención”. Claudia Nicodemo ratificó los pedidos de su hija, que incluso había presentado un hábeas corpus pidiendo ese cambio.
Informe: Ailín Bullentini.
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