Jueves, 23 de julio de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › ASESINARON A UNA MUJER PARA ROBARLE LA RECAUDACIóN
El martes, una mujer de 43 años fue degollada y asesinada a puntazos al llegar a su casa en Villa Ballester, tras ser abordada por una pareja de desconocidos. Fuentes de la investigación presumen que los agresores la esperaban para robarle el dinero de la recaudación de dos comercios de los que ella y su marido eran dueños, por lo que se cree posible la mediación de un entregador. La víctima se llamaba María Elena Di Césari, tenía 43 años y había logrado, tras años de tratamientos de fertilización asistida, llegar al quinto mes de un embarazo, en el que gestaba gemelos. Antes de morir, logró cruzar la calle y pedir ayuda a unos vecinos.
Di Cesari se ocupaba de las finanzas de la verdulería y la carnicería que ella y su marido tenían en el barrio de Belgrano, una responsabilidad por la cual habitualmente los martes llevaba consigo ambas recaudaciones. Los investigadores sospechan que la pareja de asaltantes lo sabía, y por eso aguardaba para interceptar a la mujer en cuanto llegó, sola, a la puerta de su casa. Inmediatamente los delincuentes la obligaron a entrar en la casa, que revolvieron en búsqueda de objetos de valor, porque Di Césari no tenía sino 20 pesos con ella. Este martes se había salteado la costumbre, llegó a contar, antes de morir: “Mi marido se fue al mayorista con la plata”.
Cuando la pareja huyó, la mujer, malherida, logró cruzar la calle y llegar a la casa de enfrente. “Escuché que gritaban ‘soy María Elena’, entonces abrimos la puerta con mi marido y la encontramos atravesada en los escalones que tenemos en la entrada. No la podíamos levantar, entonces le pusimos unas almohadas”, explicó Magdalena Ambrosi, la vecina con quien la víctima y su marido Javier mantenían una amistad. Di Césari dio su teléfono celular a sus vecinos para que alertaran a su marido, que se encontraba realizando trámites, sobre lo sucedido. Luego, los Ambrosi la acompañaron en la ambulancia hasta el hospital.
“La médica de la guardia me dijo que tenía dos cortes en el cuello, que la habían degollado. Después yo le vi puntazos en la panza y un golpe fuerte en el brazo que ella me dijo que no se lo tocara porque le dolía mucho. Parecía que la hubieran torturado”, contó la vecina, quien agregó que sólo comprendió el desenlace cuando el marido de Di Césari entró en la guardia: “Pegó un grito terrible. En un minuto, se me fueron tres vidas, estábamos todos tan ilusionados con los gemelos”.
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