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“La experiencia comenzó en un barrio de las afueras de La Plata y, usando como modelo la iniciativa del Banco de los Pobres de (el Premio Nobel de la Paz Muhammad) Yunus, se extendió en la actualidad a más de 60 mil personas.” Luis Precerutti es coordinador nacional del Banco Popular de la Buena Fe –organismo que desde 2003 otorga microcréditos a distintos emprendedores de los sectores más vulnerables de la sociedad– y el próximo miércoles realizará junto a cientos de organizaciones sociales de todo el país su IV Encuentro Nacional. El evento comunitario se llevará a cabo en la ciudad cordobesa de Embalse y bajo el lema “Poder Popular, Economía Solidaria y Patria para todos”.

El Banquito (como le dicen los microemprendedores populares) empezó a funcionar en 2002 en el barrio obrero Villa Alba, de la periferia de la ciudad de La Plata. “Un año después, la Comisión Nacional de Microcrédito del Ministerio de Desarrollo Social nacional, recuperó la idea y la extendió al resto del país”, contó Preceru-tti. La iniciativa se centra en el trabajo conjunto entre las más de 800 organizaciones “libres del pueblo”, los comerciantes comunitarios y el ministerio a cargo de Alicia Kirchner. La iniciativa está destinada a emprendedores de todo el país, que trabajan en proyectos nacidos de sus propios saberes y necesitan préstamos reducidos de hasta 1000 pesos cada seis meses.

“Se juntan cinco microemprendedores de un barrio. Uno puede querer comprar una fumigadora, otro una máquina de coser usada y los otros tres insumos: telas, harina y azúcar en cantidad.” Según el relato del coordinador del proyecto, después comienza el trabajo de las organizaciones de base que “funcionan como bancos populares, distribuyendo los microcréditos que otorga el Ministerio de Desarrollo Social y recaudando también las cuotas semanales de las distintas deudas sociales”.

Sin embargo, la importancia popular y comunitaria del proyecto radica en que los integrantes de los distintos grupos que solicitan conjuntamente el dinero salen de garantes entre sí. Es decir, “si uno de los microemprendedores no puede solventar su deuda, el resto del grupo debe pagar la cuota adeudada –contó Precerutti–. Rescatando la cultura del trabajo, nosotros valoramos la palabra empeñada y, así, podemos ir construyendo entre todos vínculos sociales basados en la confianza”. También, cada una de las organizaciones sociales conforma un “equipo promotor” para capacitar y acompañar a los emprendedores en la formulación de proyectos.

Además de generar autoempleo y mejorar la calidad de vida de los sectores populares más empobrecidos, “el microcrédito se transforma en una herramienta educativa para la construcción de una comunidad organizada”. Porque, según el coordinador del Banquito, “todas las semanas, cuando los emprendedores van a pagar las cuotas de los microcréditos se reúnen todos juntos y analizan, de manera colectiva, sus emprendimientos y los problemas de su comunidad”.

Desde el próximo miércoles y hasta el sábado 2 de octubre, bajo el lema “Poder Popular, Economía Solidaria y Patria para Todos”, se realizará el IV Encuentro Nacional de los microemprendedores. El evento comunitario contará con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la ministra de Desarrollo Social, junto a los casi 3000 miembros de organizaciones sociales.