SOCIEDAD › EN LA ARGENTINA SE INAUGURO EL
PRIMER BANCO DE OVULOS PROPIOS CONGELADOS
Guardar hoy y ser madre mañana
La técnica, desarrollada por la especialista Ester Polak, permite a las mujeres extraerse óvulos y mantenerlos congelados hasta el momento de decidirse a tener un hijo. El banco, único en su tipo, ya tiene las células de 20 mujeres, varias extranjeras.
Por Mariana Carbajal
Postergar la maternidad después de los 35 años ya no será un problema. En la Argentina se abrió el primer banco de óvulos propios congelados del mundo, que permitirá a las mujeres extraerse células reproductivas antes de que envejezcan y pierdan calidad y guardarlas en un freezer hasta el momento en que decidan tener un hijo. Se trata de una iniciativa del CER Instituto Médico, dirigido por la especialista Ester Polak, que consiguió desarrollar la tecnología de punta para congelar y descongelar los óvulos sin que se dañen en el procedimiento. El banco ya custodia las preciadas gametas de veinte damas: cuatro norteamericanas, dos italianas, un par de mujeres de países limítrofes y el resto, argentinas. Tan novedoso es el know how del emprendimiento que Polak ha sido convocada para instalar un banco similar en la India y otros dos en Estados Unidos.
“La postergación de la maternidad después de los 30 es hoy un hecho para muchísimas mujeres. Si bien saben que el tiempo pasa y el reloj biológico las corre, no tienen idea de cómo envejecen sus óvulos. De esta forma, podrán guardarlos sin temor a perder la posibilidad de ser madres en el futuro. Es un procedimiento sencillo y no encierra conflictos éticos ni morales porque lo que se congela son células sin fecundar y no embriones”, destacó Polak, al revelar la novedad a Página/12.
Lo ideal es que la mujer que desee postergar su maternidad, se extraiga los óvulos antes de los 35 años, siempre que sea sana, explicó la ginecóloga, especializada en medicina reproductiva y presidenta de la Sociedad Argentina de Fertilidad y Esterilidad. El procedimiento es simple y breve. “Se le hace una inducción de la ovulación, con medicación, para que produzca bastantes óvulos. En promedio, generalmente se sacan diez. Se aspiran por vía transvaginal con control ecográfico y sedación tenue. En total, se demora entre 15 y 30 minutos y la paciente ese día sigue haciendo vida normal”, detalló Polak. La mujer firma un consentimiento informado. Para congelarlos, se aplican dos técnicas, según las características de los gametos, que son diferentes a las aplicadas desde hace años para criopreservar semen y embriones. Una vez congelados, los óvulos se conservan en nitrógeno líquido a 192º centígrados bajo cero. “El descongelamiento es muy lento. Se van lavando en medios de cultivo a temperatura ambiente. Se demora alrededor de una hora. No es una tecnología simple”, señaló Polak. La fecundación de esos óvulos debe hacerse a través del método ICSI, que consiste en inyectarle un solo espermatozoide en el laboratorio. Una vez convertido en embrión, se implanta a la mujer.
La idea del banco surgió a partir de 1997, cuando Polak consiguió el primer nacimiento en América latina a partir de un óvulo congelado (ver aparte). Meses antes habían alcanzado el mismo logro una especialista italiana de la Universidad de Bolonia, y un médico norteamericano. Por entonces, casi simultáneamente los tres científicos daban un enorme paso adelante en salud reproductiva. Hasta ese momento, las técnicas desarrolladas en el mundo para congelar células reproductivas femeninas habían fracasado, porque al descongelarlas, se dañaban o directamente se destruían, algo que ya no ocurría con el semen y los embriones criopreservados, que sobreviven al procedimiento en un ciento por ciento.
En aquellas primeras experiencias del CER, donde Polak trabajaba junto a la bióloga y embrióloga Judith Lotrica, la sobrevivida de los óvulos congelados era del 30 por ciento. La novedad tentó a veinte mujeres a solicitar al centro médico la custodia de sus valiosas células reproductivas. “Les aclaramos que seguíamos investigando para mejorar la técnica, pero quisieron guardarlos igual”, contó Polak. La mayoría de las mujeres que inauguraron el banco cinco años atrás lo hicieron cuando tenían alrededor de 30 años, pero hay tres que depositaron sus óvulos con más de 40. Cuatro son norteamericanas, dos italianas, un par provienen de países limítrofes y el resto son argentinas. “Se enteraron a través de lapublicación de nuestros trabajos de investigación y nos plantearon su inquietud”, aclaró la directora del CER Instituto Médico. Ahora, que la técnica está más depurada y han conseguido que sobrevivan al descongelamiento el 50 por ciento de los óvulos que se criopreservan, Polak y Lotrica resolvieron ofrecer abiertamente la posibilidad a todas las mujeres interesadas y presentar el novedoso banco en sociedad.
La extracción de los óvulos y el primer año de congelamiento tiene un costo de 4000 pesos más 400 dólares para cubrir los valores del material descartable importado necesario. A partir del segundo año, hay que pagar 700 pesos anuales de mantenimiento.
“No hay información de que haya otro banco de óvulos propios para preservar la maternidad futura en el mundo. Puede haber de óvulos donados, pero para el uso de la misma dueña, como de sangre, es el primero”, precisó Polak. Hasta ahora, ninguna de las veinte mujeres que guardan su tesoro en el banco del CER, decidieron usarlos. No obstante, el centro médico ya logró otro nacimiento a partir de un óvulo congelado ocho meses atrás y está próximo a celebrar el tercero en pocas semanas. “La diferencia es que esos óvulos fueron congelados no para postergar la maternidad sino durante un procedimiento de fertilización asistida, para no repetir la inducción de la ovulación y porque las mujeres no querían congelar embriones”, aclaró la especialista.
A diferencia de los hombres cuya producción de espermatozoides no se acaba por el paso del tiempo, las mujeres dejan de producir óvulos cuando llegan a la menopausia. “Pero está probado científicamente que a partir de los 30 años la calidad cromosómica de los óvulos comienza a deteriorarse. Por más que ovule, muchos óvulos no son fértiles y son de peor calidad a medida que la mujer se acerca a los 40 años”, explicó Polak. Normalmente, señaló, una mujer joven puede tener 1 o 2 óvulos defectuosos por año, que no se fecundarán. Pero a partir de los 30, esa cantidad aumenta de 3 a 5 por año. “Si una mujer quiere tener un hijo, el mensaje es que lo tenga cuanto antes. Pero si decide postergar ese momento, ahora tiene una posibilidad de preservar sus células reproductivas”, destacó Polak.