ESPECTáCULOS › LOS RODAJES EN MARCHA PARECEN DEMOSTRAR QUE EL CINE ESCAPA A LA CRISIS GENERAL
El cine argentino no está en devaluación
Tristán Bauer, Alberto Lecchi, Pablo César, Luis Ortega, Vanesa Ragone y Alejandro Chomski son algunos de los realizadores locales que están con las cámaras encendidas, a pesar de la devaluación y la incertidumbre.
Por Oscar Ranzani
El excelente momento que vive el cine argentino parece a contramano de la situación conflictiva en la que está sumergido el país. Mientras la economía no da tregua, más crece la industria cinematográfica nacional. No se trata de una cuestión de magia, sino de la creatividad de los cineastas jóvenes –doble mérito en tiempos de crisis– que hicieron nacer a una corriente que, si bien no está sostenida por principios estéticos compartidos, ya se denomina aquí y en el exterior como “Nuevo Cine Argentino”. Pero no sólo los jóvenes consolidaron este crecimiento. En esta explosión de películas argentinas, también mucho tienen que ver los directores consagrados que emprenden el regreso, en un país en que, devaluación de por medio, se ha vuelto barato filmar, editar y posproducir, si tienen en cuenta los precios internacionales. Página/12 hizo un recorrido por los rodajes de diversas películas que constituyen una pequeña muestra de todo lo que se viene y de la diversidad de géneros y generaciones involucradas.
El director de Después de la tormenta, Tristán Bauer, finalizó la primera parte del rodaje de su segundo largo de ficción, Iluminados por el fuego, basado en la novela homónima del ex combatiente Edgardo Esteban. Filmada en las Islas Malvinas y en el centro de Buenos Aires. “El film tiene dos tiempos: por un lado, el presente inmediato de 2002 y, por otro, el ‘82 cuando ocurrió la guerra”, explica Bauer. Este salto temporal tiene que ver con la historia de tres amigos. Uno de ellos muere durante el conflicto. Los otros dos –Esteban (Gastón Pauls) y Vargas (Pablo Riva)– regresan con vida. Veinte años después, Vargas intenta suicidarse y, a partir de ahí, Esteban, mientras su amigo está en terapia intensiva, empieza a revivir todo lo acontecido durante la guerra. “En Malvinas estuvimos filmando la vuelta del protagonista a las islas”, explica el director, autor de los celebrados documentales Los libros y la noche y Evita, la tumba sin paz. “Hubiera sido imposible reconstruir el ‘82 en las Malvinas, por el costo de los traslados del equipo técnico y de los extras”, dice el realizador. Por ese motivo la parte de la guerra se va a filmar en Puerto San Julián (Santa Cruz), en abril. Y en el valle de Pancanta, San Luis, filmaremos la batalla nocturna de Monte Longdon. Esto es posible porque las serranías del valle son muy similares a las serranías de Malvinas”, destaca.
Alberto Lecchi está rodando El juego de Arcibel, su octavo largometraje. El director del Operación Fangio, Nueces para el amor, Secretos compartidos y Apariencias, eligió en este caso una historia basada en un libro cinematográfico de Daniel García Molt. El juego... es una coproducción entre Argentina, España, Chile, Cuba y México. Y el elenco es internacional: Darío Grandinetti, Diego Torres, Juan Echanove, Juan Diego y Rebeca Cobos (España), Vladimir Cruz y Enrique Quiñones (Cuba) y Alejandro Trejo (Chile). “Como la historia del film transcurre en un país imaginario de Latinoamérica y el film es un poco la síntesis de la historia contemporánea de América latina, tener la posibilidad de incorporar actores de Iberoamérica permite darle un color idiomático similar a los colores idiomáticos que tiene este continente de por sí”, señaló a este diario el productor nacional Luis Sartor. Lecchi ya filmó un tramo en Buenos Aires, actualmente está rodando en Villa Mercedes (San Luis) y posteriormente filmará en Valparaíso y Viña del Mar (Chile).
Luis Ortega demostró este año que es mucho más que el hijo de Palito. Es que Caja negra, su ópera prima estrenada hace unos meses, cosechó buenas críticas y es una de las producciones encuadradas dentro del “Nuevo Cine Argentino”. Tras su logrado debut, Ortega se apresta a filmar un nuevo largo, Monoblock, a partir de febrero. A diferencia de los actores no profesionales que convocó para Caja negra, en Monoblock seleccionó un elenco de artistas de trayectoria como Graciela Borges, Rita Cortese y Carolina Fal (que además es la guionista). Ortega define a la historia como “muy cerrada en la que tres mujeres (madre e hija y vecina) viven en un monoblock, pero en ningún momento hay una realidad político-social que influya en el drama de la historia. Si bien viven en un monoblock, no hay ningún elemento donde la carencia sea un drama sino que éste es el tiempo que transcurre y la vida en sí misma. Ahora todas las películas son de las miserias del país pero la mía no se asocia con esto”, agrega Ortega.
Pablo César, director de Fuego gris y La sagrada familia, concluyó el rodaje de Sangre. La historia tiene como eje a una madre y sus dos hijos que mantienen una relación enfermiza con la sombra de un padre que murió hace 25 años.“Es una historia de vínculos entre tres personajes, un film muy intimista en el que se priorizan los juegos de miradas, la simpleza de las palabras y el retrato de una clase social venida a menos”, afirma César. El elenco está compuesto por Ivonne Fournery, Emiliano Alonso y Guillermo Pfening. Además contará con la participación de Juan Carlos Calabró, el Bahiano del grupo Los Pericos y el músico Daniel Melingo. Una parte de la película se rodó en la Quebrada de Humahuaca y en unas salinas ubicadas a 4000 metros sobre el nivel del mar. En realidad, Sangre era el título de otro proyecto que el cineasta tenía en mente y que pensaba filmar en Mozambique y Sudán, pero tuvo que suspenderlo, devaluación mediante.
Vanesa Ragone está preparando el documental Pilcomayo 2002 en el noroeste salteño. Allí visitó a las mismas comunidades indígenas que había filmado hace trece años. “Decidí volver a estas comunidades y llevar el material que registramos en aquel momento y ver qué ha sido de la gente y cómo evolucionó en todo este tiempo”, explicó Ragone. En aquella oportunidad, la directora de 35 años egresada de la escuela cinematográfica del Incaa estuvo en el Chaco salteño filmando el documental Cuando se tarda la luna sobre los indios wichis y tobas. Pilcomayo 2002 es la quinta producción que encara la santafesina sobre las comunidades indígenas. Anteriormente había realizado El pueblo (registra las vivencias de una comunidad coya en Salta), Ayvu porá, las bellas palabras (filmado en una comunidad guaraní de Misiones) y Candabare (documenta las fiestas de trece pueblos guaraníes de Jujuy). Ragone deja en claro que su trabajo no tiene nada que ver con una mirada científica. “Yo no soy ni antropóloga ni etnógrafa y, además, no creo que esas disciplinas sirvan para interpretar las costumbres de las personas y las formas de vida de esas comunidades”, afirma. Para sostener estos principios la realizadora pone en práctica una estrategia de participación comunitaria: en varias ocasiones los indígenas toman las cámaras y participan de las decisiones de qué cosas y cómo se van a filmar.
Alejandro Chomski dejó Los Angeles por Argentina. Luego de haber estudiado en el American Film Institute gracias a una beca, el cineasta de 33 años que realizó once cortos en Estados Unidos, volvió a la Argentina para filmar su ópera prima Hoy y mañana, cuyo guión resultó ganador del concurso que organiza el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Una mujer es la fuerza motora del film. Siguiendo de cerca a este personaje, el director se las ingenia para hablar de una de las situaciones más actuales de la Argentina y del mundo: la falta de trabajo y la dificultad para sobrevivir, no solo de los sectores de bajos recursos sino también de la generación de jóvenes de clase media que desean ser artistas y/o profesionales. “Yo volví en el 2000 y vi cómo estaba mi generación y la falta de posibilidades de crecer y desarrollarse en los distintos ámbitos culturales”, recuerda Chomski. “Y de ahí surgió la génesis de esa mirada sobre nuestra generación. Por un lado, la veo como muy desesperada y muy desesperanzada pero también observo que hay mucha gente con mucha voluntad, energía y ganas de dar vuelta esta situación.”