Una mujer y su hijo, estudiante, fueron asesinados a puñaladas y un fuerte mazazo o machetazo en la cabeza cada uno, en una casa de la localidad platense de City Bell, por delincuentes que sólo robaron una computadora. Si bien en un principio los investigadores creyeron que se trataba de un doble homicidio en ocasión de robo, el hallazgo de dinero en los bolsillos de las víctimas y en la casa, la violencia utilizada y la presencia de un perro rottweiler que no ladró, les hace pensar que el móvil podría ser una venganza.

El jefe de la Policía Bonaerense comisario general Juan Carlos Paggi, aseguró que una de las sospechas es que la mujer y su hijo se resistieron al asalto, ya que hubo dos disparos efectuados desde adentro hacia afuera. Las víctimas fueron identificadas como Haydeé Villanueva (52) y su hijo Víctor Gastón (24), y vivían en la casa ubicada en la calle 26 entre 443 y Arroyo, de City Bell, número 3340. Villanueva era viuda desde hacía doce años, cuando su marido fue asesinado durante un robo. Vivían de las rentas que les dejaba el alquiler de distintas propiedades y Víctor estudiaba en la Facultad de Ingeniería. Ambos habían cenado la noche del lunes con la nueva pareja de la mujer en la casa, un abogado. El hombre contó luego a la policía que se retiró de allí a la 0.30 de ayer y que hasta ese momento nada extraño había pasado en el lugar. Añadió que el hijo de la dueña de casa tenía previsto ir a ver a su novia, pero no alcanzó a salir.

Una llamada de una vecina al 911 alertó sobre el hecho a las dos de la madrugada. “Los delincuentes ingresaron a la casa a través de un vidrio blíndex de una puerta. La puerta está cerrada con llave, pero el vidrio quedó tirado en el piso”, dijo un investigador. Una vez adentro, los delincuentes atacaron a la dueña de casa en la puerta de entrada y al muchacho en su habitación. “Los dos tienen un fuerte golpe en la cabeza que puede haber sido realizado con un machete o con una maza. Después tienen al menos nueve puntazos y cuchillazos en distintas partes del cuerpo”, explicó Paggi.

La casa quedó totalmente revuelta, por lo que en principio se creyó que el caso abrevaría en los remansos de la inseguridad, pero luego esa primera hipótesis perdió fuerza, luego de que detectaron que había 150 pesos en uno de los bolsillos del muchacho, 120 en la cocina y más de 500 en la habitación de la mujer. “Creemos que lo que falta es una computadora personal y algunos otros elementos de poco valor. Es raro que los maten de esa forma para robar sólo eso”, dijo el investigador. Los policías hallaron un revólver con tres vainas servidas en el tambor, pero lo que aún no saben es si esa arma pertenecía a las víctimas y fue disparada para resistirse o si fue dejada allí por los delincuentes. “Resistieron porque hubo dos disparos desde adentro hacia afuera. Es posible que los hayan realizado el muchacho o su mamá”, dijo Paggi.