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Un chofer de colectivos, que denunció haber sido discriminado y echado de su trabajo por su condición de judío hace cuatro años, dijo ayer que por la misma razón fue atacado y quemado con un hierro caliente por delincuentes encapuchados en su casa del barrio Trujuy, en el partido bonaerense de Moreno. Daniel Groessman denunció que, tras agredirlo, los dos hombres le advirtieron que si no retiraba una demanda civil contra la empresa de colectivos 111, para la que él trabajaba, iban a secuestrar a sus hijas. En diciembre del 2000, el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Inadi) intervino por su caso pero, según informó al Ministerio del Interior en aquel momento, aseguró que no se encontraron pruebas suficientes para confirmar la denuncia que el hombre había hecho.