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La Cámara de Apelaciones de San Isidro confirmó ayer la prisión preventiva de los dos policías bonaerenses acusados de asesinar a un chico de 16 años y de “plantarle” un arma para simular un enfrentamiento, un caso investigado por Página/12 y que se inscribe en la mecánica de un “escuadrón de la muerte” que actuó en esa zona. Los jueces Fernando Maroto y Emilio Rodríguez Mainz dispusieron que los policías Hugo Cáceres y Marcelo Puyó siguieran detenidos por el asesinato de José Ríos, por lo que ahora el fiscal del caso, Lino Mirabelli, podrá elevar la causa a juicio oral. En su fallo, los jueces sostuvieron que está acreditado “prima facie” que el 11 de mayo de 2000 los policías circulaban en la camioneta particular de uno de ellos cuando fueron interceptados por José Ríos y Gerardo Núñez. Ríos estaba armado con un pistolón calibre 32 que no disparaba y al darse cuenta de quiénes iban en la camioneta, los jóvenes empezaron a correr y los policías les dispararon. Núñez escapó y Ríos ingresó a un baldío de General Pacheco, donde Puyó lo mató de tres balazos. Luego del asesinato, los policías modificaron el escenario del crimen y Cáceres le “plantó” al adolescente un arma calibre 9 milímetros.