El arquitecto porteño Emilio Camarero, de 49 años, fue hallado muerto en los bosques de Ezeiza, a metros de la autopista Riccheri, rodeado de carteles con citas bíblicas. La Justicia trata de determinar si se suicidó o si se trató de un homicidio por envenenamiento. El hombre, divorciado y padre de cinco hijos, vivía en el barrio porteño de Villa Devoto. El cuerpo fue hallado a 20 metros de un auto, junto a las llaves del vehículo, que estaba cerrado, y no tenía marcas de haber recibido alguna herida. Los mensajes religiosos decían: “Yo soy la resurrección y la vida”, “Quien muera vivirá en mí” y “Jesús es más fuerte que la muerte”, entre otros.