Un empleado de una distribuidora de golosinas y un custodio fueron asesinados a balazos dentro de un taxi por tres personas que les robaron 240 mil pesos. Fue en el barrio porteño de Almagro, a plena luz del día, mientras los hombres se dirigían a depositar la recaudación de la empresa en un banco cercano. Según los investigadores, hubo un entregador. Además del arma del personal de seguridad que falleció, en el lugar se encontró una pistola 357 perteneciente a la segunda víctima, quien había trabajado como policía para la Federal y era yerno del dueño de la compañía.

Todo comenzó ayer a las 15, cuando las víctimas salieron de la empresa Margaritis SACI –ubicada en Lavalleja 1386– con dos bolsos que en total contenían 240 mil pesos. Los dos hombres eran Federico Hasbaguer, yerno del dueño de Margaritis, y Miguel Angel Leiva, empleado de una agencia de seguridad privada. Tenían previsto depositar el dinero en una sucursal bancaria de Aráoz y Corrientes y, según fuentes policiales, ambos fueron armados.

Tomaron un taxi en la esquina de la empresa y cuando el auto circulaba por Pringles casi esquina Córdoba, tres hombres que iban en una moto de color negro se les pusieron a la par. Los dos acompañantes se bajaron de la moto y se colocaron uno a cada lado de la parte trasera del taxi, tras lo cual dispararon sin mediar palabra. Los asaltantes tomaron los bolsos con el dinero y escaparon del lugar a gran velocidad.

Los investigadores del doble crimen manifestaron que en el caso actuó un “entregador” que aportó datos concretos porque los ladrones conocían los movimientos de las víctimas y sabían que estaban armados. Según las fuentes, Hasbaguer, quien llevaba una pistola 357, y Leiva, que portaba una calibre 9 milímetros, intentaron sacar sus armas pero no llegaron a usarlas. Además de empleado y yerno del dueño de la compañía, Hasbaguer es hijo de un comisario retirado de la Policía Federal y él mismo a su vez había trabajado como uniformado de esa fuerza de seguridad.