SOCIEDAD › VOLVIO EL EMPRESARIO MEXICANO ACUSADO EN EL HECHO

Más intrigas en el crimen del médico

El asesinato del neurocirujano Claudio Urbina el miércoles pasado en la localidad bonaerense de Boulogne sigue generando intrigas. Ayer volvió al país el sospechoso de ser autor intelectual, el empresario mexicano David Galicia Ramírez, quien estaba en pareja con la ex de Urbina, Gladys Polich, y se puso a disposición de la Justicia declarándose inocente. Por otra parte, una mujer que se presentó como “ex amante” del neurocirujano aseguró haber estado con él quince minutos antes del homicido. La viuda, a través de su abogado, dijo que “casi no le cabe duda” de que su ex mexicano encargó el asesinato a los dos sicarios, mientras Urbina estacionaba su auto, y ya recibió custodia policial.

Mientras el fiscal de Boulogne, Sergio Szyldergemejm, envió oficios a la Dirección Nacional de Migraciones para intentar determinar las fechas en las que estuvo en Argentina Galicia Ramírez, fuentes policiales contaron que la pista de un crimen pasional se afianzan. Es lo que surge de las declaraciones del expediente que indican que Urbina habría sido quien le envió a su ex mujer el dinero necesario para los pasajes de regreso a la Argentina y que esto enfureció al empresario mexicano. Además, Urbina recibía mensajes de texto intimidatorios que sospechaba eran enviados por el mexicano, según afirmó su viuda, la abogada Marcela Agustini.

Polich también coincidió con Agustini. Según comentó Pedro Gómez, jefe de Relaciones Institucionales de la policía correntina, provincia en la que vive la mujer, “luego del desenlace, de la muerte del doctor Urbina, la denunciante se presentó y mencionó las amenazas que recibía de su ex marido, un ciudadano mexicano”. Por su parte, el principal sospechoso, según comentó ayer Alfonso Nieto, vocero de la embajada mexicana, “estuvo en la sección consular solicitando asesoría jurídica, se le atendió, se le dieron algunas recomendaciones y cuando se retiró manifestó su decisión de contactar a un abogado para ponerse a disposición de las autoridades argentinas y esclarecer el caso”.

La aparición de la ex amante de Urbina, confiaron fuentes policiales, podría ayudar a identificar a los dos sicarios. Se trata de una instrumentista de 27 años que trabajaba junto a Claudio Urbina en un instituto médico de San Martín. La mujer contó que salió con Urbina, luego de realizar una operación, y éste ofreció llevarla a su casa. Como los sicarios siguieron el auto de Urbina, su testimonio le sirvió a la policía para reconstruir con más precisión el recorrido que hizo el neurocirujano Urbina tras salir del sanatorio. Con estos datos, ahora intentan conseguir alguna imagen de cámaras de seguridad o de peaje para ver si aparece el Volkswagen Vento en el que se movilizaban los asesinos.

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