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El gobierno porteño se hizo eco de la queja de algunos comerciantes de la calle Florida, expresada mediante afiches anónimos, algunos de ellos de tono fascistoide, contra los vendedores ambulantes instalados en la peatonal, y dispuso el desalojo de todos los puestos instalados sobre esa arteria. Un grupo de artesanos desalojados por la policía protagonizó anoche una protesta para reclamar un lugar para vender sus productos.
El conflicto entre comerciantes instalados en locales y vendedores ambulantes en Florida no es nuevo: desde hace meses, las autoridades vienen realizando operativos de desalojo y decomiso de mercadería, pero los puesteros vuelven a instalarse en cuanto encuentran un resquicio. La novedad, ahora, es la virulencia con que algunos comerciantes salieron a reclamar acción por parte del gobierno de la ciudad. Un afiche sin firma, atribuido a comerciantes de esa arteria, manifiesta quejas por la proliferación de “vendedores ambulantes, mendigos, tratantes de blancas, espectáculos callejeros y gitanos explotadores de niños”, por lo cual responsabiliza al jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.
La reacción del gobierno llegó al mediodía, con un fuerte operativo ordenado por la Secretaría de Control Comunal, con inspectores, fiscales, policías y perros, que desalojaron los puestos de la peatonal. Algunos lograron salvar su mercadería del decomiso, tal vez alertados de los inminentes procedimientos.
Por la noche, un grupo de artesanos realizó una protesta sobre la peatonal. Reconocieron que muchos de los vendedores que se instalan sobre Florida “no son artesanos”, pero manifestaron su derecho a “trabajar para poder subsistir”. “Y si nos sacan de aquí nos instalaremos en la Plaza San Martín”, advirtieron.