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Primero se creyó que era apenas un acompañante, un hijo adoptivo del hombre que aterrorizó a Washington meses atrás. Pero luego empezó a conocerse la verdad: John Lee Malvo, de 17 años, aparentemente fue quien tiró del gatillo en cuatro de los casos adjudicados al francotirador. Ahora un juez del estado de Virginia decidió que Malvo sea juzgado como un adulto. Eso significa que si es considerado culpable, puede ser condenado a pena de muerte.
Durante una audiencia en Fairfax, en las cercanías de Washington, los fiscales mostraron que las huellas digitales prueban que Malvo mató a tres personas, entre ellas una empleada del FBI, e hirió de gravedad a otra el pasado octubre. Además, señalaron que en cuatro oportunidades intentó extorsionar a las autoridades por diez millones de dólares. Por su edad, debería ser juzgado como menor, pero la Justicia norteamericana ya admitió dar en ciertos casos tratamiento de adultos a niños.
Según la acusación, Malvo fue el socio menor de John Allen Muhammad, de 42 años, quien deberá responder ante un tribunal a partir del 14 de octubre del próximo año. En el caso de Malvo aún no se sabe cuándo tendrá lugar el proceso. Previamente un Gran Jurado deberá presentar una acusación formal.
El caso demostró con qué facilidad dos hombres podían lograr sembrar el terror. Pese a que todo el FBI y la policía del estado se abocaron desesperadamente a cazarlos, Muhammad y Malvo lograron matar a 13 personas antes de ser atrapados. Ubicados en el interior de un auto, preparado especialmente para disparar desde ahí, dieron con impecable puntería sobre sus blancos. Aún hoy sus motivos siguen siendo un misterio.