Martes, 16 de noviembre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › ENCUENTRO DE ESTUDIANTES DE CINCO PROVINCIAS EN CHAPADMALAL
El encuentro anual del programa Jóvenes y Memoria reunió por noveno año consecutivo a estudiantes secundarios que expusieron sobre temas vinculados con el autoritarismo y la democracia en sus lugares de origen.
Por medio del teatro, la música, la fotografía o el stencil, los jóvenes fueron protagonistas de otras miradas. Durante dos semanas, seis mil estudiantes del nivel medio reflexionaron juntos sobre el rol de la escuela, la memoria y los derechos humanos. Entre un taller y otro, expusieron sus investigaciones, realizadas durante el año, sobre la historia reciente de sus localidades y compartieron sus experiencias con otros jóvenes de escuelas secundarias, de liceos militares dependientes del Ministerio de Defensa y de escuelas que funcionan en instituciones de menores. En la localidad bonaerense de Chapadmalal, concluyó ayer el encuentro anual del programa “Jóvenes y Memoria. Recordamos para el futuro”, que por noveno año consecutivo organizó la Comisión Provincial por la Memoria de Buenos Aires.
Los estudiantes y los docentes investigaron en las aulas durante todo el año. Y en el encuentro se pusieron en escena los proyectos que abordaron alguna problemática sobre el eje del autoritarismo y la democracia en su barrio. Los jóvenes echaron luz sobre las violaciones a los derechos de las personas que ocurrieron en cada localidad: sus investigaciones retratan desde biografías de desaparecidos de la última dictadura militar hasta la impunidad de los casos de gatillo fácil de estos días. Sus textos dieron cuenta de los procesos de devastación económica que culminaron con el cierre de fábricas, las problemáticas del medio ambiente, la discriminación, la violencia y la perspectiva de género.
En Chapadmalal, sus interrogantes inauguraron otras miradas posibles. De Ituzaingó, por ejemplo, los estudiantes de la ESB Nº 2 presentaron una obra de teatro sobre la participación juvenil. La preeminencia de la idea de una juventud desinteresada que no se compromete –en comparación con los militantes de la década del ’70–, es, para ellos, una construcción del discurso incentivada por los medios de comunicación. Decidieron alejarse de esa mirada, porque aseguran que cientos de jóvenes son parte de diversas propuestas sociales. En un noticiero, enfrentaron ambas miradas y dieron luz verde al debate.
En cada jornada del encuentro, alrededor de mil jóvenes de las provincias de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Chubut y Santiago del Estero se integraron a una larga lista de actividades. Entre talleres y exposiciones, presentaron los resultados de sus investigaciones en diferentes formatos artísticos.
Los jóvenes de la Unidad Penitenciaria Nº 39, EEM Nº 7 de Ituzaingó, no pudieron estar en la cuidad costera, pero enviaron cartas para los chicos del encuentro y también papeles en blanco para que les dejen mensajes. Su proyecto abordó las condiciones carcelarias, con el fin de promover estrategias que efectivicen los derechos humanos en todos los ámbitos y generar miradas de inclusión. Sus ideas quedarán plasmadas en un mural.
La estigmatización de los jóvenes en contexto de encierro fue abordada en un documental por los estudiantes de EEM Nº 4 Extensión 2040 de Lomas de Zamora. La apertura de un Centro de Recepción de Menores generó una reacción negativa en la comunidad, con “comentarios discriminatorios y xenofóbicos”, dice el trabajo. Las imágenes quieren dar acceso a una mirada diferente del discurso que estigmatiza a los jóvenes en conflicto con la ley penal. Con máscaras en sus rostros, contaron sus historias de vida para que otros puedan conocer su realidad. Algunos tuvieron el permiso para viajar al encuentro y contar su experiencia.
Los adolescentes debatieron sobre el pasado y el presente. “Su participación habilita relatos. Emergen otras voces. Nuevas preguntas”, dijo a Página/12 Sandra Raggio, coordinadora del programa.
El plan Jóvenes y Memoria promueve el abordaje de los derechos humanos en el aula, generar en las nuevas generaciones una mirada crítica, y que ellos sean actores en la elaboración del pasado reciente, contó Raggio. Por eso, el encuentro es un paso más para el debate: “Las nuevas generaciones van abriendo otros espacios de reflexión”, dijo.
Este año, los organizadores notan la participación política de los jóvenes como otro tema en la agenda. “Hablan de política como herramienta de transformación. A la vez que denuncian, enuncian que se puede transformar y ellos son participes del cambio”, remarcó la coordinadora.
¿Por qué y para qué juzgar 30 años después?” Ese y otros interrogantes aparecieron en la escena a partir del taller sobre los juicios por crímenes de lesa humanidad.
Como parte del debate, los jóvenes sentaron al pasado en el banquillo, pusieron atención a las representaciones de lo femenino y masculino en el poder y las violaciones de los derechos humanos por parte de la policía.
El taller “Ningún pibe nace chorro” sobre la criminalización de la juventud fue uno de los más intensos y que generó mayor debate. También hubo espacio de discusión sobre el hostigamiento y maltrato policial, los casos de gatillo fácil, protesta social, violencia y participación juvenil.
Informe: Soledad Arréguez Manozzo.
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