Ricardo Barreda, el odontólogo platense que asesinó a su mujer, sus dos hijas y su suegra en 1992, obtuvo ayer la libertad condicional por orden de la Cámara Penal de feria de La Plata. El paradigmático criminal recibió el beneficio de la Justicia por haber estado en prisión más de dos tercios del tiempo al que fue condenado. La defensa tenía esperanzas de que se dé por cumplida la sentencia a reclusión perpetua que pesa sobre él, ya que la semana pasada un fallo de la Cámara Penal platense determinó un nuevo cómputo sobre los años de cárcel que cumplió el condenado, aplicando la ley del “dos por uno” para los años en que estuvo preso sin condena. Pero esa solicitud, por el momento, no fue atendida.

El abogado de Barreda, Eduardo Gutiérrez, dijo estar “contento porque se trata de un avance” el hecho de que se haya dictado la libertad condicional. No obstante, aclaró que esperaba que al dentista le entregaran “la libertad absoluta”. “Mi defendido está más próximo a recuperar su libertad definitiva”, aseguró el defensor. A partir de ahora, Barreda podrá salir de su departamento del barrio de Belgrano, en el que cumple arresto domiciliario desde el 23 de mayo de 2008. Allí vive junto a su nueva mujer, Berta André.

La Cámara Penal de feria, a cargo de los jueces Pedro Soria, Sergio Almeida y Raúl Delbos, resolvió por unanimidad concederle la libertad condicional al odontólogo tras la presentación que realizara el martes su abogado defensor, motivada por la resolución del juez Raúl Dalto, de la Sala 1 de la Cámara Penal platense, que el miércoles pasado contabilizó 30 años y siete meses de reclusión.

El nuevo cómputo sobre el cumplimiento de la pena dice que Barreda estuvo detenido 12 años, cinco meses y 17 días “computados doble”, ya que se encontraba vigente la ley de “dos por uno”, por lo que en total cumplió “veinticuatro años, once meses y cuatro días de detención”. A ese lapso de cárcel se le sumaron los primeros dos años de detención y los últimos tres años, siete meses y 27 días que se computan de manera simple. El total da 30 años y siete meses de condena, que supera los dos tercios del tiempo considerado para perpetua, que son cuarenta años, explicaron fuentes judiciales.

Barreda asesinó a su familia el 15 de noviembre de 1992, en su casa de la calle 48 de La Plata. Con una escopeta disparó a su esposa Gladys (57), su suegra Elena Arreche (86) y a sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24). Después de consumar el acto, se fue y volvió al día siguiente, simulando haber realizado una salida de pesca. Poco tiempo duró la coartada, ya que las pruebas de su culpabilidad eran evidentes. Barreda confesó la autoría del múltiple crimen, justificado en que las mujeres de la casa lo maltrataban. En 1995, en un fallo dividido, el dentista fue condenado a reclusión perpetua. Una de las juezas entendió que el acusado debía ser considerado inimputable.

La defensa intentó varias veces que Barreda saliera en libertad y se diera por cumplida su condena. Ayer, Gutiérrez dijo que más allá del beneficio obtenido, intentará “algún remedio procesal”, por entender que “corresponde en estos casos se le otorgue la libertad absoluta”, como piden desde hace seis años. Mientras, verán “si se le impone algún requisito especial para el cumplimiento de la condicional. Si son los comunes a todos los condenados que obtienen este tipo de libertad, Barreda tendrá que concurrir una vez al mes al Patronato de Liberados y ver qué se le exigirá en este caso”, puntualizó.