Sábado, 27 de agosto de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › HUBO MáS DE MIL LLAMADOS CON SUPUESTOS DATOS SOBRE CANDELA
La Justicia tiene planificados para hoy más de 2000 operativos en busca de la niña desaparecida el lunes en Hurlingham. La abuela de la chica dijo que cree que el rapto de su nieta “fue una cosa al voleo”. Anoche hubo otra marcha.
Ya son más de mil las llamadas vinculadas con la búsqueda de Candela Rodríguez (11), que están bajo el análisis de los investigadores. A pesar de ese paquete de posibles indicios acerca de su paradero y la realización de más de 500 allanamientos, por ahora nada se sabe sobre la niña, desaparecida en Hurlingham el lunes pasado. Tras el anuncio de una nueva hipótesis que vinculó el extravío de Candela con una venganza a su padre, quien purga una condena en prisión, la abuela de la niña dijo que cree que el rapto de su nieta “fue una cosa al voleo”. Al margen del móvil de la desaparición, familiares y allegados de la niña marcharon otra vez para pedir que Candela aparezca con vida. Para hoy están planificados más de 2000 operativos para poner fin a tanta incertidumbre.
Ayer al mediodía y, tras reunirse con la familia de la niña, el jefe de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, informó que estaban en estudio “más de mil llamadas” que se recibieron entre las líneas policiales y los teléfonos de los familiares de Candela. “No vamos a desestimar ninguna llamada”, sostuvo el funcionario, frente a la casa de la familia, ubicada en Caroceros 2552, Villa Tesei. A metros de allí, la chica fue vista por última vez cuando iba a encontrarse con un grupo de compañeras scout de la parroquia San Pablo Apóstol.
El incesante flujo de llamados provocó que la madre de Candela, Carola Labrador, que es diabética, padeciera un shock, por lo que debió recibir una dosis de insulina, contó una tía de la niña. La noche anterior, Labrador había sido recibida en la Casa de Gobierno por la presidenta Cristina Kirchner, quien –según contó la madre– le brindó “todo el apoyo”.
Las autoridades insistieron en que sólo se reporten datos concretos para evitar que se diluyan los esfuerzos en la búsqueda. Con ese sentido, el gobierno provincial ofreció el jueves una recompensa de 100.000 pesos para quien aporte datos certeros. “No queremos perder tiempo”, enfatizó Paggi.
A partir de una de esas mil llamadas recibidas, el jueves por la noche se realizó uno de los más de 500 allanamientos para encontrar a Candela. La búsqueda se desarrolló en Bragado, provincia de Buenos Aires. El rastrillaje se fijó en inmediaciones de la ruta 46, desde el barrio Mitchell hasta el canal del puente Cafiero. Por allí pasan las vías del ramal ferroviario que comunica la terminal de Once en la ciudad de Buenos Aires con el noroeste de la provincia. De Candela ni un rastro.
Para hoy las fuerzas de seguridad tienen “programados cerca de 2000 mil operativos” en territorio bonaerense, según le dijo a Página/12 el fiscal que encabeza la investigación, Roberto Tavolaro. Además, continúan con tareas de búsqueda agentes federales en todo el territorio nacional, y se fortalecieron medidas en los pasos fronterizos.
En referencia al aporte de datos, el fiscal se comprometió a través de un comunicado a garantizar “la absoluta reserva de la identidad” de quien colabore con información sobre el paradero de la niña. Los informantes deben dirigirse a la Fiscalía General del departamento judicial Morón, situada en Colón 237, Morón. El trámite puede hacerse las 24 horas del día y quien lo realice “sólo deberá anunciar ante quien lo reciba que desea hablar con el agente fiscal, sin dar más motivos”. Tavolaro también se comprometió a gestionar “ante el Poder Ejecutivo provincial la percepción de la recompensa ofrecida por el gobierno bonaerense”.
En otra línea, Tavolaro ratificó ante la prensa que el padre de Candela, Alfredo Laureiro Rodríguez, “aportó elementos” que afinaron el trabajo de una de las hipótesis sobre la desaparición de la niña: una posible venganza contra este hombre. Concretamente, esa línea de investigación refiere a que la niña fue secuestrada por “delincuentes” a los que “frecuentaba” Rodríguez, quien está detenido en el penal de Magdalena debido a un caso de piratería del asfalto.
A confrontar esa versión salió Zulema, la abuela de Candela, quien manifestó que está “totalmente convencida” de que el padre “no tiene nada que ver” con lo que le ocurrió a su nieta. Para la mujer “fue una cosa al voleo”. En tanto que el fiscal insistió ante este diario con que “está abierto el juego a todas las hipótesis”.
Ayer por la tarde se realizó una nueva marcha por las calles de Hurlingham para pedir por la aparición con vida de Candela. Vecinos, docentes, familiares y amigos de la niña acompañaron a Carola Labrador, quien recuperada del ataque sufrido en las primeras horas del día expresó: “Gracias a todos, gracias a todos ustedes”.
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