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Diez casos, con dos muertos, en Canadá; 235 pasajeros de un avión procedente de Nueva York varados en Frankfurt, cumpliendo una semana de cuarentena; casos posibles en Gran Bretaña, Alemania y Austria: así se abre camino en Occidente la “neumonía atípica”, procedente de China. Hay nueve muertos hasta ahora en el mundo, y por lo menos 167 casos sospechosos. La OMS organizó una red de laboratorios para tratar de identificar el agente causante del nuevo mal. Los enfermos, en todos los casos, son personas que viajaron o estuvieron en contacto con viajeros a Extremo Oriente, donde los lugares más afectados son China, Hong Kong y Vietnam. En la Argentina, hasta el momento no se detectaron casos sospechosos; un especialista de la UBA recomendó no viajar al Extremo Oriente salvo urgente necesidad.
En Canadá, había ayer diez casos detectados de síndrome respiratorio severo agudo (SARS, según su sigla en inglés), el último en registrarse fue el del médico que había atendido a los dos primeros enfermos (la enfermedad se trasmite por vía respiratoria y son frecuentes los contagios entre el personal de salud). Dos de los pacientes ya fallecieron: se trata de una mujer de origen chino y su hijo, contagiados de un familiar que había viajado a Hong Kong. Los ocho restantes están hospitalizados en Vancouver y Toronto.
La cuarentena más espectacular se lleva a cabo en Frankfurt, donde, desde el sábado, 235 pasajeros y tripulantes de un avión de Singapore Airlines, procedente de Nueva York, permanecen encerrados en un hotel de lujo. En la nave se hallaba un médico de Singapur, de 32 años, que había viajado a Estados Unidos con su esposa y sus suegros; durante el viaje de regreso, él y su suegra empezaron a manifestar los síntomas de la enfermedad, y en la escala de Frankfurt las autoridades sanitarias interrumpieron el vuelo y establecieron una cuarentena de siete días para los pasajeros. El médico fue internado y está mejor, pero su esposa manifestó ya los síntomas de la neumonía atípica. Otros dos pasajeros, sin relación con la familia de Singapur, también mostraron los primeros síntomas del mal, por probable contagio en la aeronave.
En Gran Bretaña, está internado con neumonía atípica un hombre que había viajado a Hong Kong. Un caso similar se registró en Alemania, otro en Austria, dos en Suiza y uno en Eslovenia.
La OMS había registrado hasta ayer 167 casos sospechosos: la mayoría en Hong Kong, con 95 casos; Vietnam tenía 40 y Singapur 20; también había casos sospechosos en Taiwan, Filipinas e Indonesia. Se agregan a los 305 casos registrados desde noviembre del año pasado en la provincia china de Guangdong, donde fallecieron cinco personas. En Hong Kong, cada vez más personas optan por ponerse una mascarilla protectora cuando salen a la calle y algunos hospitales optaron por posponer las intervenciones quirúrgicas no urgentes, para evitar el contagio entre el personal de salud. La dolencia se presenta primero como una gripe con fiebre alta pero pronto expresa síntomas que suelen requerir respirador artificial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que el sábado emitió una alarma mundial, organizó una red de laboratorios de diez países que analizan muestras de los pacientes identificados tratando de detectar el virus o la bacteria que la causa.
La enfermedad se detectó en noviembre del año pasado en la provincia china de Guangdong: como en toda neumonía, los alvéolos pulmonares se inundan con líquidos procedentes de la infección, pero en esta variedad, a diferencia de lo que pasa en la mayoría de las neumonías, son afectados los dos pulmones, y no sólo parte de un pulmón.
Desde Guangdong, el brote se esparció a otros puntos de China y a Vietnam. La semana pasada, un empresario norteamericano de 48 años viajó desde Shangai hasta Hanoi, donde manifestó los síntomas, fue internado y murió: en el hospital que lo había atendido se desató un brote que afectó a 31 personas; una enfermera falleció. Eduardo Abbate –titular del Instituto de Tisioneumonología en la UBA y jefe de división en el Muñiz– explicó que “las neumonías típicas bacterianas se tratan con antibióticos y en las atípicas, producidas por virus u otros microorganismos, se hace un tratamiento de sostén: se administra suero, si es necesario se recurre al respirador o a lo que haga falta mientras el organismo constituye las defensas contra el agresor”.
Regularmente, las nuevas variedades de infecciones respiratorias como la gripe, el resfrío y eventualmente la neumonía se originan en el Extremo Oriente, ya que provienen de virus presentes en los animales y ésa es la región de mayor convivencia entre humanos y animales domésticos.
Ahora, la pregunta del millón es si lo que se presenta como neumonía atípica no será la pandemia de gripe que los expertos de la OMS vienen pronosticando desde hace años. Las pandemias se producen cada varias décadas, cuando el virus, una vez que la mayoría de la población ha desarrollado anticuerpos que le hacen frente, experimenta una mutación profunda. Así sucedió en 1918, 1957 y 1968.
Si tal cosa sucediera, “la humanidad estaría en mejores condiciones que antes para enfrentar la enfermedad, ya que disponemos de antivirales y también de mejores recursos para procesar y trasmitir la información -señaló Horacio López, director de la carrera de especialista en infectología de la UBA–; pero la vacuna tardaría un tiempo en producirse en suficiente cantidad para el virus específico”.