Con una mayoría ajustada, el macrismo consiguió ayer enviar su polémico proyecto para eliminar las Juntas de Clasificación docente al recinto de la Legislatura porteña. El dictamen llegó tras un tenso plenario de las comisiones de Educación y de Legislación del Trabajo, donde buena parte de los legisladores opositores planteó archivar la iniciativa o seguir debatiéndola, debido a la reunión que el ministro de Educación, Esteban Bullrich, propuso para mañana a los sindicatos docentes, que ayer cumplieron un nuevo paro en contra del proyecto. La iniciativa del PRO, que tuvo siete votos a favor, reemplaza a las Juntas de Clasificación por una Oficina Unica, que se encargaría de los legajos y los listados para clasificar y puntuar a los docentes que aspiran a un nombramiento o un ascenso. De las 14 Juntas sólo se mantiene una, sólo para apelaciones a lo que dictamine la OU, además de la de Disciplina. Por otra parte, también se estipula un sistema web donde los interesados pueden ingresar sus títulos y antecedentes y enterarse en el momento de su puntuación. Otro despacho, impulsado por legisladores opositores y respaldado por los gremios, que propone archivar el proyecto oficialista, obtuvo seis votos.

“El macrismo plantea que la Juntas (que también integra el Ejecutivo) funcionan mal, pero en estos cuatro años tampoco pudieron revertir ese mal funcionamiento”, planteó la legisladora Delia Bisutti, ex sindicalista docente. Victoria Morales Gorleri, una de las autoras del proyecto, destacó que la norma evitará las demoras “que obligan a hacer titularizaciones masivas”.

“Entendemos que fue un logro, cuando el país salía de la dictadura, que los docentes porteños tuvieran el control sobre las Juntas por la desconfianza que había hacia las autoridades. Pero estamos en otro momento y la Constitución de la Ciudad establece que el Ejecutivo debe velar por las políticas de educación, como pasa en el resto del país y el mundo, donde hay sistemas mixtos o directamente el tema está en manos del Ejecutivo. Hubo desprolijidades y arbitrariedades en el manejo de las Juntas”, dijo a este diario Gorleri, titular de la Comisión de Educación de la Legislatura.

Ayer, durante las cuatro horas de debate, se plantearon otros escenarios. La titular de Legislación del Trabajo, Laura García Tuñón, señaló que el macrismo “desconoce a los actores y sujetos de los que trata el estatuto” que se pretende modificar. Además, recordó que el 3 de noviembre pasado más 30 mil docentes votaron a sus autoridades en las Juntas “y no los llevaron los sindicatos”, aclaró. Tuñón también criticó el sistema web que plantea el proyecto porque los puntajes, dijo, “no los puede hacer un programa, sino las personas que conocen el sistema educativo”.

“Este proyecto se hizo de espaldas a la comunidad educativa”, planteó durante el debate el legislador kirchnerista Francisco “Tito” Nenna. “Si se archiva, nosotros tenemos el firme compromiso de debatir este tema después, pero en otros términos y con los laburantes adentro”, propuso. Este legislador mantuvo varios altercados con el macrista Enzo Pagani, otro de los autores de la polémica reforma. Al igual que Bisutti, Nenna acusó al gobierno porteño de hacer “colapsar” las Juntas por falta de inversión edilicia e informática.

Por su parte, el legislador oficialista Alejandro García criticó la propuesta de archivar el proyecto. “No entiendo que haya una norma que no se pueda discutir”, dijo y cargó contra las Juntas actuales por el retraso en las titularizaciones. “Si tanto les preocupa el tema por qué no funciona la comisión de títulos y cursos (del ministerio), que elaboraba los puntajes”, planteó después Bisutti. En medio de un fuerte cruce con Gorleri, la legisladora María América González aseguró que el macrismo “impuso el tema” y no dejó debatirlo.

González pidió que prevalezca el in dubio, pro operario: “En caso de duda se resuelve a favor de los trabajadores. Y acá hay muchas dudas”. La legisladora también criticó el vallado que impidió a los maestros participar de la sesión: “¿Por qué no los escuchamos?”. Afuera del recinto, con un tirante de madera y una valla, la policía trabó la puerta de entrada protocolar, sobre Diagonal Sur, para evitar incidentes como el ocurrido el viernes pasado.

“¡Escuchá a la gente Abrevaya!”, gritó en un momento Néstor Di Millia, del sindicato Ademys. Ese legislador de la Coalición Cívica presentó un proyecto alternativo, que obtuvo tres votos, y mantiene, según él, “el poder político de los docentes”. Durante la exposición de Sergio Abrevaya, quien dijo haber sido “apretado”, se oyeron abucheos. “No somos traidores a la causa, simplemente no votamos blanco o negro”, comentó. Por su parte, el legislador radical Claudio Presman pidió continuar con el debate. Fue el único que se abstuvo de firmar los tres dictámenes en juego.

Con las cartas sobre la mesa, García Tuñón le explicó a este diario que la estrategia en adelante será “buscar un proyecto consensuado con la comunidad educativa”, ya que el macrismo no tiene la mayoría necesaria para imponer su proyecto. Podría conseguirla, si algunos legisladores se abstienen a la hora de votar en el recinto.

Sobre el final de la discusión, la legisladora María Elena Naddeo enrostró al oficialismo los paros docentes venideros: “Esto es así, ustedes no entienden porque tienen otra cultura, otra ideología”. Con los asesores rodeando la mesa de reunión y varios pedidos para que no se dictamine, finalmente Gorleri pidió que cada cual firmara. Justo en ese momento, los legisladores opositores registraron la presencia de guardias de seguridad y exigieron que se retiraran porque hacían más tenso aún el clima. “No somos delincuentes”, les gritó a los guardias el dirigente Di Millia.

[email protected]