Al menos 33 personas murieron por las lluvias en los estados brasileños de Espíritu Santo, Minas Gerais y Río de Janeiro, donde hubo además una avalancha de lodo, informaron autoridades de ese país. El gobierno anunció ayer que enviará ayuda por unos 40 millones de dólares a las zonas afectadas. En Río de Janeiro, las víctimas mortales aumentaron a 18 y aún hay personas desaparecidas en el distrito de Jamapará, en la ciudad de Sapucaia. Muchas personas quedaron sepultadas, entre ellas un matrimonio con sus tres hijos que buscó refugio en el auto y otra familia a la que se le desplomó la vivienda. Los rescatistas trabajan para encontrar a las personas desaparecidas, aunque con dificultad por los continuos desprendimientos.