SOCIEDAD › OPINIóN

Unasur, una presencia amiga en Haití

 Por Rodolfo Mattarollo *

Si bien el drama de Haití es preexistente al terremoto de 2010, se vio considerablemente agravado por esa catástrofe. Dos años después, más de medio millón de personas continúan hacinadas en las carpas de los campamentos. Falta recorrer un largo camino para aproximarse a la satisfacción de necesidades humanas básicas en materia de salud, educación, empleo y vivienda, metas y objetivos que, no obstante algunos leves progresos en la tasa de mortalidad infantil y la cantidad de jóvenes que acceden a la educación, parecen mantener su distancia a medida que se marcha.

El 17 de noviembre pasado se presentó en el Centro de Convenciones del hotel Karibe, de Puerto Príncipe, el último informe anual de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado “Durabilidad y equidad: un mejor porvenir para todos”. En la última edición de ese documento, Haití ocupa el lugar 158 entre 187 países. Los mayores problemas que detecta el informe son la desigualdad y la falta de equidad bajo todas sus formas en la sociedad haitiana. Superar este problema, como alcanzar la estabilidad política, son condiciones necesarias para el desarrollo y el gobierno se dice dispuesto al esfuerzo que esto requiera.

Haití es un país sobrediagnosticado y un nuevo aniversario del terremoto invita más bien al balance de lo actuado. En ese panorama, la Secretaría Técnica de Unasur cumple un papel modesto por la envergadura de sus recursos, pero distante del “imperialismo humanitario” y de ese intervencionismo que se recubre a veces de tortuosas justificaciones como la “responsabilidad de proteger”.

La presencia orgánica de Unasur en Haití mediante una secretaría técnica es un legado del ex presidente Néstor Kirchner, primer secretario general de la organización regional. Unasur/Haití es una operación que la Argentina sostiene enteramente con recursos humanos y financieros y pone generosamente bajo la bandera de la nueva organización regional. El representante especial es argentino, así como la mayor parte del pequeño equipo de personal sustantivo. Administrados por la secretaría técnica, la Argentina ha destinado 16 millones de dólares a los programas de cooperación destinados a la reconstrucción de Haití.

Inspirada por la filosofía de la cooperación Sur-Sur, la secretaría técnica entiende que debe contribuir a crear soberanía en ese sufrido país. Busca hacerlo mediante una presencia ante todo respetuosa de la identidad y autonomía del país huésped. Los diversos programas de colaboración son concertados en todos los casos con el gobierno de Haití.

Tal es el caso del programa Pro Huerta de seguridad alimentaria, el programa de construcción de viviendas Un Techo para mi País, con la organización no gubernamental chilena del mismo nombre, y los programas de prevención del cólera y otras enfermedades transmisibles ejecutados por Médicos del Mundo Argentina, con apoyo, entre otros, de Unasur, y por último el vasto capítulo de refuerzo institucional del Estado de Derecho en el que la secretaría técnica apoya la modernización de códigos, la reforma penal y la ratificación y aplicación de tratados internacionales de derechos humanos.

El representante especial de Unasur en Haití participa en una coordinación laxa entre la Protectora Haitiana del Ciudadano, las Naciones Unidas y personalidades y organismos de derechos humanos, que buscan colaborar en la respuesta a múltiples y graves desafíos pendientes en el plano de la memoria, la verdad, la justicia y la reparación. Igualmente, Unasur/Haití apoya las iniciativas tendientes a reforzar la estabilidad política e institucional mediante el diálogo democrático y los pasos que podrían conducir a un “acuerdo de gobernabilidad”, como recientemente lo ha expresado la delegación del Club de Madrid que visitó Haití.

La lucha del pueblo y el Estado haitiano, con el apoyo de la comunidad internacional, incluida la Secretaría Técnica de Unasur en Haití, está sintetizada en el lema tradicional que resalta los casi insalvables desafíos a que se ve confrontado el pueblo haitiano, y al mismo tiempo constituye un llamado a su necesario protagonismo: “Haití, a lo imposible estás llamado”.

* Embajador. Representante especial de la Secretaría Técnica de Unasur en Haití.

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