SOCIEDAD › LOS 192 PAíSES QUE INTEGRAN LA OMS APROBARON UN CONVENIO PARA IMPULSAR LA PROHIBICIóN TOTAL DE LA PUBLICIDAD DE CIGARRILLOS, ENTRE OTRAS MEDIDAS. EL TEXTO RECOMIENDA INCLUSO PROMOVER LA RECONVERSIóN DEL CULTIVO DEL TABACO EN LOS PAíSES PRODUCTORES.
Histórico acuerdo internacional para combatir el consumo de tabaco
Los 192 países que integran la OMS aprobaron un convenio para impulsar la prohibición total de la publicidad de cigarrillos, entre otras medidas. El texto recomienda incluso promover la reconversión del cultivo del tabaco en los países productores.
Por Pedro Lipcovich
Por unanimidad, las 192 naciones que integran la Organización Mundial de la Salud aprobaron el Convenio Marco para el Control del Tabaco, una decisión histórica que implica prohibir toda publicidad o patrocinio del tabaco. Incluye también la obligación de que la advertencia sobre los daños del tabaco abarque no menos del 30 por ciento de la superficie de los paquetes, la abolición de denominaciones como “livianos” y la prohibición de fumar en lugares públicos, y abre la puerta a la perspectiva de juicios contra las tabacaleras por daños a la salud de los fumadores. El texto no altera el que se había aprobado en las negociaciones que culminaron en marzo pasado y que había suscitado resistencias en los países que albergan multinacionales tabacaleras, como Estados Unidos, Alemania, Japón... y la Argentina. Esas resistencias continúan y podrán manifestarse en las próximas etapas que todavía debe seguir el texto antes de entrar en vigencia: la firma por cada uno de los gobiernos y la ratificación de los respectivos parlamentos. En la Argentina, “supongo que se abrirá un intenso debate en el Congreso, ya que los productores están muy preocupados”, anticipó un representante oficial. En debates previos, la delegación argentina había merecido un “Cenicero Sucio” por alinearse con las tabacaleras.
El Convenio Marco sobre Control de Tabaco, aprobado ayer por la Asamblea de la OMS, establece que “cada parte, en el respeto de su Constitución, establecerá la total prohibición de la publicidad a favor del tabaco y de toda promoción o patrocinio, incluido el transfronterizo a partir de su territorio”, lo cual incluye el esponsoreo a participantes en carreras internacionales de automovilismo.
También solicita que los países adopten “medidas eficaces tendientes a proteger contra la exposición al humo de tabaco en los lugares de trabajo cerrados, en los transportes y, llegado el caso, en otros lugares públicos”.
En los tres años siguientes a la entrada en vigor del convenio, los países deberán tomar medidas para que “los productos del tabaco no contribuyan a su promoción con medios falaces, tendenciosos o engañosos”: entre estas falacias incluyen denominaciones como “light”, “ultralight” o “con bajo contenido de alquitrán”, que suscitan la impresión de que el producto es menos nocivo.
Cada paquete de productos de tabaco deberá incluir, cubriendo entre el 30 y el 50 por ciento de su superficie principal, advertencias sobre el peligro que su contenido constituye para la salud, “visibles y legibles, en letras grandes y claras”.
Los 192 países acuerdan también en prohibir la venta de tabaco a menores de 18 años. En los países donde funcionan distribuidores automáticos de paquetes de cigarrillos se deberán tomar medidas para que no sean accesibles a los menores o directamente suprimirlos.
El Convenio advierte también que los Estados “podrán tomar medidas en materia de responsabilidad penal y civil” contra las tabacaleras, lo cual incluye indemnizaciones por daños a la salud de los fumadores, a partir del reconocimiento de que el tabaquismo no es manifestación de la libre voluntad del fumador sino una adicción. De todos modos, el texto no exige expresamente que los países actúen en este sentido, a lo cual se oponía Estados Unidos pero también Cuba, donde la fabricación de productos del tabaco está en manos del Estado que, por lo tanto, debería afrontar las eventuales acciones judiciales.
El acuerdo también solicita que los países firmantes ayuden a los cultivadores de tabaco a dedicarse a otros cultivos, pero no se logró acordar desde ya en un fondo global para la reconversión: la discusión del tema quedó pospuesta hasta una próxima reunión, el año que viene.
“Este es un momento histórico en la salud pública global –afirmó Gro Harlem Brundtland, directora general de la OMS– y demuestra la voluntad internacional para detener este gravísimo desafío (contra la salud). Estamos actuando para salvar miles de millones de vidas y proteger a las generaciones venideras.” La entidad mundial calcula que “el tabaco mata actualmente a cinco millones de personas cada año, y esta cantidad alcanzaría los 10 millones en 2020, a menos que los países implementen las medidas que plantea la Convención”. Según destacó la OMS, “mientras que la proporción de fumadores está en descenso en algunos países industrializados, aumenta, especialmente entre los jóvenes, en muchos países en desarrollo. A éstos corresponderá más del setenta por ciento de las muertes estimadas para 2020”.
El Convenio Marco fue objeto de negociaciones en el Consejo Ejecutivo de la OMS a lo largo de cuatro años. La última ronda, que produjo el documento aprobado ayer, finalizó el 1º de marzo de este año. El texto enfrentó entonces la resistencia de los países donde se asientan las principales multinacionales tabacaleras: Estados Unidos, Alemania y Japón.
El acuerdo deberá ser firmado por cada país en un plazo que vence en junio de 2004 y tendrá que obtener ratificación parlamentaria en cada caso. Entrará en vigencia cuando 40 países lo ratifiquen: desde ese momento, cada país dispondrá de un máximo de cinco años para adecuarse a todas sus disposiciones.
“La Unión Europea y sus miembros esperan ser los primeros en firmar y ratificar”, dijo el representante de Grecia, país en ejercicio de la presidencia de la UE. En cambio, el delegado de Japón señaló que el Convenio “no satisface a todos los sectores involucrados” y el de Estados Unidos no confirmó que su país esté dispuesto a firmar.
En cuanto a la Argentina, al comienzo de la última reunión del Consejo Ejecutivo su delegación recibió el “Cenicero Sucio” –otorgado por la Alianza Mundial para el Convenio Marco, que reúne a 180 ONG de todo el mundo– por su proximidad con la posición del lobby de las grandes tabacaleras, pero luego, como el resto de los países, adhirió al texto.
Ayer desde Ginebra, Eduardo Varela –consejero en la misión argentina ante los organismos internacionales en esa ciudad– estimó que “no pudimos ver reflejada en el texto nuestra posición en favor de admitir la posibilidad de ‘reservas’”, que hubieran permitido a cada país no aplicar determinadas disposiciones del convenio. En cuanto a la ratificación parlamentaria del convenio, estimó que “se abrirá un intenso debate en el Congreso, ya que los sectores productores y las provincias productoras están muy preocupados y lo ven como una amenaza”, sostuvo el funcionario.