Cuarenta activistas de Greenpeace se instalaron la madrugada del martes en las escalinatas del Congreso, caracterizados como diputados, simulando estar preparados para detonar una bomba, y desplegaron un banner gigante con la leyenda “Diputados, no detonen la bomba. Ley de Basura Electrónica ya”. Dos horas más tarde, a punto de ser desalojados, trasladaron su reclamo a la puerta que el Congreso tiene sobre Rivadavia, y finalizaron la manifestación en forma pacífica.

Los ambientalistas reclaman la urgente sanción de la Ley de Basura Electrónica, cuyo tratamiento se viene postergando en la Cámara baja y que en dos meses perderá estado parlamentario. En Argentina, cada año se generan más de 120 mil toneladas de basura electrónica. Sin embargo, no existe un sistema de gestión que haga frente a esta fracción tóxica de residuos domiciliarios.

“Además de contener sustancias tóxicas, estos residuos tienen materiales valiosos que pueden ser recuperados y reciclados, que hoy se están tirando a la basura. No sólo se contamina el ambiente, sino que se dilapidan recursos valiosos que deberían ser reaprovechados por la industria”, dijo Consuelo Bilbao, coordinadora de la Unidad Política de Greenpeace.