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El Vaticano confirmó la pérdida del estado clerical del sacerdote cordobés Nicolás Ale-ssio, a quien el arzobispado local inició un juicio canónico y suspendió en sus funciones en 2010 por apoyar el matrimonio igualitario. Alessio, ordenado sacerdote en 1981, aseguró que la medida no lo afectará “en nada” y dijo que seguirá “compartiendo los sacramentos como hasta ahora” porque “a los fieles no les importan estas decisiones oficiales”.

El vicario judicial cordobés, Dante Simón, notificó que la Congregación para el Clero dispuso con fecha 6 de febrero, todavía bajo el pontificado de Benedicto XVI, que Alessio fuera “penado con la dimisión del estado clerical”. Alessio “ha perdido automáticamente los derechos propios del estado clerical y ya no está vinculado a las restantes obligaciones conexas, y permanece excluido de todo el ejercicio del sagrado ministerio, de acuerdo a las normas que obligan a los presbíteros que han sido dimitidos”, subrayó en un comunicado. “Esta dimisión no está sujeta a ningún recurso” de apelación, agregó el vicario judicial.

Alessio, de 53 años, dijo que “esperaba” esta sanción y a modo de “reflexión” lamentó que “más de 30 años al servicio del pueblo de Dios no han significado nada para la Iglesia Católica”. “Bastó que opinara distinto al arzobispado para que me echaran. Fue una opinión civil (sobre el matrimonio igualitario), sólo eso bastó para que prontamente haya una sanción”, criticó.

El vicario judicial negó que Alessio haya sido penado por “pensar diferente”. “En 2010 hubo muchas acusaciones en su contra, entre ellas por impartir el sacramento del matrimonio en forma contraria a lo que dice la doctrina católica”, sostuvo Simón.

Alessio aseguró que seguirá impartiendo los sacramentos, aunque desde la Iglesia advirtieron que sus acciones futuras no tendrán legitimidad, por lo que los sacramentos que celebre serán “nulos”. “Para la Iglesia es así –respondió Alessio–, pero si hago un bautismo o un casamiento me lo tendrán que reconocer porque no pueden borrar lo que soy: un sacerdote. Por más que a un médico lo despidan, sigue siendo médico.”

La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt) repudió la medida y advirtió que es “una clara señal de amenaza a quienes pretenden pensar distinto”. “Dicha expulsión, dada a conocer en momentos en que Uruguay y Francia han aprobado leyes de matrimonio igualitario, es una señal inequívoca de intimidación a quienes dentro de la Iglesia Católica se animen a pensar distinto en esta y otras materias”, consideró.