SOCIEDAD
La epidemia del dengue en Brasil amenaza con llegar a la Argentina
En Río de Janeiro se registraron 1500 casos en las últimas 24 horas. El ex futbolista Zico contrajo la enfermedad. Aquí, el Ministerio de Salud admite que “la situación es muy preocupante”.
Por Pedro Lipcovich
El dengue pisa fuerte en el Cono Sur y golpea las puertas de la Argentina. En Brasil la epidemia está en su punto más alto: 1429 casos nuevos se registraron sólo en Río de Janeiro en las últimas 24 horas; desde enero los casos son 33.671 –incluyendo celebridades como el ex futbolista Zico–, de los cuales 577 son del tipo hemorrágico, el más grave. En Paraguay se confirmó la presencia del subtipo III del virus, que multiplica el riesgo. En la Argentina “la situación es muy preocupante”, según el Ministerio de Salud. Hay cuatro casos de la enfermedad, en la provincia de Misiones, y, sobre todo, aumenta la cantidad del mosquito que puede llegar a trasmitirla, el Aedes Aegypti: la cantidad de criaderos es superior a la admitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Tucumán, y también para la ciudad de Buenos Aires y su conurbano. Según los especialistas, viene cumpliéndose el vaticinio de la OMS, según la cual el dengue habría de propagarse en América latina calcando el desarrollo que siguió en el sudeste asiático hace 20 años.
De entre los muchos mosquitos que revoloteaban sobre los transpirados cuerpos de los sambistas durante el carnaval carioca, uno se posó sobre la piel de Arthur Antunes Coimbra, “Zico”, que desfilaba con la escola Beija Flor, y ese mosquito era un Aedes Aegypti y portaba el virus del dengue. La variedad que afecta al famoso ex futbolista de casi 49 años es la más benigna, una especie de gripe fuerte llamada también “quebrantahuesos”, porque produce fuertes dolores en las articulaciones. No es el único famoso que sufrió la picadura: también enfermaron la cantante Zelia Duncan, el actor Heitor Martinez y la cantante Joyce, esta última del más grave dengue hemorrágico. El dengue no se limita a los carenciados.
Zico se recuperará en unos días. No tuvieron igual suerte los 26 que murieron en el estado de Río de Janeiro, castigado desde el mes pasado por la epidemia que ya afectó a 33.671 personas. De ellos, 577 enfermaron del potencialmente mortal dengue hemorrágico. En todo Brasil, la cantidad de casos se acerca a los 50.000. Es la mayor epidemia desde 1991, cuando murieron 24 personas. Ya el año pasado, la cantidad de casos registrados había llegado a 390.701, contra 241.000 en 2000. Ayer se anunció que 1330 efectivos del Ejército y la Marina intervendrán con la misión de eliminar la mayor cantidad de criaderos de Aedes Aegypti.
En Perú, ya hay más de 2000 casos desde principio de año, especialmente en las ciudades amazónicas de Iquitos y Pucallpa y en el departamento de Madre de Dios.
En Paraguay se verificó la presencia del serotipo III del dengue: la gravedad de esta noticia se comprende si se explica el mecanismo por el cual se produce el dengue hemorrágico. Si una persona ya enfermó de dengue por el serotipo II de virus, el más frecuente, y después vuelve a ser contagiada por el mismo serotipo de virus, no enfermará porque está inmunizada. Pero si es contagiada por un serotipo distinto, enfermará de la forma más grave, la hemorrágica. Por eso la aparición del serotipo III en Paraguay multiplica el riesgo de dengue hemorrágico para las 500.000 personas que en ese país ya padecieron el dengue común.
En la Argentina, “la situación es muy preocupante –anunció Andrés Leibovich, subsecretario de Promoción y Protección de la Salud–: aunque en los últimos dos años no hemos tenido casos autóctonos de dengue, el contacto por las fronteras implica un riesgo considerable”. El Ministerio de Salud lanzó un plan de contingencia para 23 municipios de alto riesgo en Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta y Tucumán.
Este año se registraron cuatro casos de dengue, todos en la provincia de Misiones, el último hace una semana y ninguno de ellos hemorrágico. “Se vinculan con la migración por la frontera, y hay que decir que la devaluación del peso ayudó a disminuir el riesgo, porque son menos los que van de compras a Ciudad del Este (en Paraguay)”, comentó Leibovich.
Nicolás Schweigman, jefe del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, destacó que “estamos en riesgo, porque la cantidad de mosquitos Aedes Aegypti está por encima de los máximos que admite la OMS”. El Aedes se cría en recipientes reservorios de agua (ver recuadro). “La situación de riesgo comienza cuando hay más de cinco criaderos por cada cien viviendas: en muchos lugares de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano hay más de diez –precisó Schweigman–. Hasta ahora, el virus no circula en la Argentina pero su vector, el Aedes Aegypti, está cada vez más presente.”
Leibovich explicó que “también en el conurbano trabajamos para erradicar los criaderos, con el Ministerio de Salud bonaerense, pero, por ejemplo, hay lugares sin agua potable donde el charquito bajo la única canilla del barrio es un criadero: es un tema de calidad de vida que va mucho más allá de las campañas sanitarias”.
La OMS anticipó para América latina la repetición, con un retraso de 20 años, de lo que sucedió en el sudeste asiático, donde “incluso un país desarrollado como Japón ha sufrido epidemias de dengue atroces”, comentó Schweigman. En América latina, la primera epidemia de dengue hemorrágico se produjo en Cuba, en los ‘80. De allí pasó a Venezuela, Colombia, a otros países del Caribe y, desde 1994, al norte de Brasil. En 1998, en la Argentina, se produjo un brote que afectó al 70 por ciento de la población en la región salteña que incluye desde Salvador Mazza hasta Embarcación.