Jueves, 23 de mayo de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › UN TRIBUNAL LO CONDENó A SEIS AñOS DE PRISIóN POR SOMETER A UNA NIñA DE SIETE AñOS EN EL CONSULTORIO
En Neuquén, un tribunal encontró culpable al odontólogo tras considerar verosímil la declaración de la víctima a través de Cámara Gesell. La madre de la nena y organizaciones feministas que acompañaron a la familia se manifestaron conformes.
Por Mariana Carbajal
La Cámara Criminal 1 de Neuquén condenó ayer a seis años de cárcel a un odontólogo por “abuso sexual gravemente ultrajante” cometido contra una nena de 7 años que se atendía en su consultorio. El presidente del tribunal, Mario Rodríguez Gómez, leyó la sentencia a puertas cerradas. “Le dije a los jueces que el fallo es muy reparador. Es como un parche que se le pone a una herida”, dijo a Página/12 la mamá de la niña, Graciela Marín. “Estoy conforme con la sentencia porque esta persona va a pagar por lo que hizo y espero que mi hija se puede recuperar por el daño que le provocó”, agregó la mujer.
La condena recayó sobre el odontólogo David Narváez. El profesional atendía desde hacía varios años a los padres de la niña y a sus tres hermanos mayores. Su consultorio está hace quince años en el barrio Progreso, en la zona oeste de la ciudad de Neuquén. Sus pacientes son familias de sectores populares, sin obra social, a quienes atiende a través de un sistema prepago. A la hija de Marín le empezó a hacer un tratamiento de ortodoncia en el año 2010. La atendía en forma gratuita a cambio de presentar su caso como trabajo de campo en un doctorado que, decía, estaba haciendo. Según contó la niña en Cámara Gesell, el dentista la obligaba a practicarle sexo oral. Narváez había convencido a la mamá de que su hija ingresara sola al consultorio, para que ganara confianza, y ella la aguardaba en la sala de espera. La citaba una vez por semana. Aunque la nena empezó a manifestar que no quería ir más al odontólogo, la madre le insistía y pensaba que su resistencia se debía al temor al tratamiento. Recién en noviembre de 2011, la niña le contó a una compañera de la escuela sobre los abusos. La amiga a su vez relató lo que le había dicho a su mamá y a través de ella se enteró Marín. Rápidamente hizo la denuncia. Los abusos, de acuerdo con el relato de la niña, habrían ocurrido a lo largo de varios meses, tal vez un año.
–¿Sabe su hija de la condena? –le preguntó este diario a la mamá de la niña, que hoy tiene casi 10 años.
–Cuando empezó la causa penal, yo dije que mi hija llegaba hasta la Cámara Gesell y después seguía yo. Le dije que esta persona iba a terminar presa. Hoy me senté con ella y le conté. Se puso contenta porque este hombre no va a seguir haciendo daño a otras nenas. Eso es lo que le había prometido.
El fallo condenatorio fue unánime. Lo firmaron los jueces Rodríguez Gómez, Andrés Repetto y Alfredo Elosu Larumbe. La sentencia se leyó en la sede de la Cámara Criminal, en una audiencia a puertas cerradas y sin la presencia del imputado. El fiscal ante la Cámara Alfredo Velazco Copello había pedido 5 años de prisión. La defensora de la Niñez y Adolescencia, Silvia Acevedo, en su rol de querellante, 7 años de cárcel. “Se hizo justicia”, dijo entre lágrimas Marín al salir de la audiencia. “Si mi hija está bien ahora es por todo lo que hicimos nosotros. Estoy más que satisfecha”, aseguró.
Afuera del tribunal, un nutrido grupo de personas convocadas por la colectiva feminista La Revuelta acompañaron a la familia de la nena. “Narváez, Narváez, te venimos a buscar, se te cierra el consultorio, ya no vas a abusar más.” La canción que tantas veces habían repetido en los escraches frente al consultorio del dentista se trasladó ayer al Palacio de Justicia. Muchas mujeres llevaban en sus manos las “muñecas combativas”, hechas de tela y alambre, para denunciar el abuso sexual infantil. “La idea de las muñecas es decirle al odontólogo y a todos los hombres ‘no soy tu juguete’”, explicó Ruth Zurbriggen, de La Revuelta. “Son combativas porque se animan a denunciar”, explicó.
En la sentencia, los magistrados valoraron el testimonio de la niña a través de la Cámara Gesell, el informe que hizo la psicóloga del Centro de Salud Nueva Esperanza, que atiende a la nena, y la declaración de una joven de 20 años que reveló haber pasado por una situación similar cuando tenía 9 años, en el consultorio del mismo dentista.
“Los fallos son mensajes sociales. A los niños y niñas les dice que se animen a denunciar, que la Justicia les va a creer. A la familia, que pueden llegar a conseguir alguna reparación, y para los que cometen estas barbaridades, que no va a haber impunidad”, destacó Zurbriggen.
La defensora de la Niñez y Adolescencia, Silvia Acevedo, informó que “la condena de la Cámara establece que los hechos sucedieron y determinaron la responsabilidad del imputado” y precisó que “para que el fallo quede firme hay diez días hábiles para que los defensores puedan recurrir en casación al Tribunal Superior de Justicia”.
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